ENTREVISTAS

28 de abril de 2024


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19 de agosto de 2019



Javier Urra ha publicado recientemente su último libro «Primeros auxilios emocionales para niños y adolescentes». Asegura que sus páginas muestran una realidad muy práctica de lo que necesitan saber los padres para educar a sus hijos. «El libro puede ser criticado, pero lo que no puedo aceptar es que se diga que los niños vienen sin una guía para padres. Lo he escrito porque he estado muchos años en la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia, he sido defensor del menor y he trabajado con padres e hijos. En todo este tiempo me he dado cuenta de que pediatras, psicólogos, psiquiatras... solemos decir lo que hay que hacer a los padres, pero siempre de forma genérica. Ahora no hay excusas de no saber educar porque es un libro muy práctico».

—¿Por qué hoy hacen falta guías si las generaciones de padres de antes no las necesitaron?
Hace años los niños se morían de polio, de tuberculosis, de problemas respiratorios... Eran los asuntos que preocupaban, mientras que los temas emocionales no se estudiaban ni se tenían en cuenta. Cuando los problemas físicos desaparecen en gran medida y aumenta la esperanza de vida, nos percatamos de que el 20% de los niños tienen problemas psicopatológicos; es decir, uno de cada cinco menores de 18 años. Se habla mucho de TDAH, pero a las consultas llegan niños obsesivos compulsivos, con problemas de trastornos de personalidad, que agreden a sus padres, con pensamientos psicóticos...

—¿Cuál es el motivo principal de estos problemas psicopatológicos?
Antes educaban los padres, ahora los padres, la escuela, los medios de comunicación y las redes sociales. Las nuevas tecnologías influyen en ellos porque les permiten acceder a páginas que fomentan la anorexia, la violencia, el sexo sin límites... Y quieren emularlo. Sin embargo, les crea un vacío existencial. Yo he preguntado a jóvenes «¿te merece la pena vivir?», y me miraban sin saber qué responder muy bien. Si no les importa su vida, qué les va a importar la de los demás. En sus vidas falta que aprendan lo que significa el «tú», el ponerse en el lugar del otro. Hay que ayudarles a ponerse en el lugar del otro y descubran realidades distintas a las suyas. Los padres, por ejemplo, deberían llevarles a un hospital y mostrarles que allí hay niños ingresados niños, menores que van a morir, para que se den cuenta de lo que tienen en la vida y lo afortunados que son.

—¿No se les protege demasiado como para mostrarles esa dura realidad?
Los niños no conocen la muerte, el sufrimiento. Creen que el abuelito «se ha dormido». La vida hay que mostrarla como es. Hay que llevarles a ver al abuelo con demencia que dice cosas sin sentido, que huele mal por su incontinencia, pero que quiere a su nieto y al que hay que querer. Que le de un beso. Es la verdadera vacuna para convertirle en un ser sensible, afectivo, cariñoso. No hay que ocultarle que la vida es un conflicto –para vivir en pareja, con uno mismo, con los hijos, con el compañero de trabajo...–. Si se le ofrece este tipo de educación, los problemas de psicopatía, de insensibilidad, de falta de empatía desaparecerán.

—¿Se trata correctamente a los niños que sufren depresión?
«Un niño depresivo puede confundirse con un niño ansioso, nervioso, que corre. Los padres no saben identificarlo»

—¿Qué se puede hacer para reducir esta cifra? ¿De quién depende: de la familia, de la sociedad...?
Fundamentalmente de la sociedad. Hay que entender que hay cosas que están bien y otras mal, que hay gente corrupta, sin moral... Hay que ser moral, enseñar a los niños los dilemas. Plantearle a los adolescentes, por ejemplo, las dificultades de un embarazo no deseado, preguntarles qué harían si tuvieran un bebé con un Síndrome de Down...

—¿Hace falta que los padres hablen más con sus hijos?
Los padres hablan más actualmente con los hijos que los de las generaciones anteriores. Hay que fomentar aún más esa conversación y decir a los hijos que nosotros fuimos adolescentes y tuvimos problemas, pero también responsabilidades. La familia no es una democracia. Es un lugar donde mandan los adultos que son los encargados de transmitir los valores transcendentes de la vida. Hay muchas formas de hacerlo. ¿Cómo? Con pequeños gestos cada día. Ejemplos: dándole el fin de semana cuatro euros y sugerirle si quiere dar una parte del dinero a los más necesitados –porque aunque no lo haga, ya se le ha creado la disyuntiva de pensar en la solidaridad–;haciendo que dé un beso a la abuela demente a la que se le cae la baba... para que sea consciente del cuidado a los mayores...

—Pero no siempre obedecen a lo que les dicen los padres. ¿Ha habido una pérdida de autoridad?
«En la familia no hay que perder los roles. Uno es el padre y otro el hijo»

—¿Cómo se puede cambiar esta situación?
Habrá que enseñarles a mirar cómo trato yo a los abuelos, que aprecien el respeto, que no les grito... Los niños se rigen por lo que ven que hacen sus padres y la mayoría de la gente es sana. Deben darse cuenta, además, que las normas las ponemos nosotros, y que si no les gusta, se siente. El mundo es un juego de poder y en ese equilibrio deben aprender. Tienen que ver que ellos no pueden imponerse y que si no obedecen deben irse castigados a su habitación, aunque se enfaden. Los choques, chulerías o empujoncitos no se pueden consentir de ninguna manera ni aunque sean pequeños porque después tendrá 26 años y el empujón será peligroso. Si no se cortan este tipo de situaciones, el niño se acostumbra a repetir este tipo de actos y a no obedecer. No puede ser, debe obedecer a la primera. Y si se le castiga, que lo cumpla siempre. Hay que hacerles saber que se le educa así por que se le quiere y porque son las reglas de una convivencia feliz.

—Entonces, ¿es posible cambiar a los hijos para que sean obedientes?
Sí, se puede. Los padres deben invertir en educación sobre todo en los primeros años porque posteriormente los problemas se hacen más difíciles y los hábitos se instauran de forma que resulta cada vez más complicado cambiar. Si no saben muy bien cómo hacerlo en algún momento, los padres deben hablar con los abuelos o, en su caso, con los especialistas, pero que no piensen «ya cambiará».



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1 de marzo de 2019




"Aprender y enseñar deberían ser antónimos de aburrimiento"


Hablamos con Arturo Cavanna, director de Transformación Digital y desarrollo tecnológico del Grupo Edelvives, editorial que recientemente ha recibido la acreditación Certified Innovator de Google for Education sobre el futuro de la educación y su relación con la tecnología.

Arturo Cavanna es profesor y especialista en tecnología y educación, además de ser director de Transformación Digital y Desarrollo Tecnológico del Grupo Edelvives. En noviembre de 2018 recibió la acreditación Certified Innovator de Google for Education por su compromiso en liderar la transformación en educación. En esta entrevista nos cuenta en qué consiste dicha acreditación y cuál es su visión sobre la innovación educativa.

Desde el año pasado es el mayor partner editorial de Google for Education. ¿Cómo está evolucionando ‘su relación’?

Desde la humildad; la evolución es impresionante, no solamente en lo que se refiere a liderazgo en el mercado que sería lo más visible, sino todo el desarrollo que estamos realizando en conjunto ambas empresas.

Hablar de próximos planes es complejo porque nos encontramos en constante desarrollo. Pero lo que está claro es que vamos a exprimir al máximo todo el potencial que nos ofrece la tecnología en el ámbito educativo. Para bien o para mal vamos a seguir haciendo de ‘rompe hielos’ ante el sector editorial. Es incomprensible seguir trabajando en las escuelas con los mismos materiales, recursos y metodologías de siglos pasados.

Recientemente ha recibido la acreditación Certified Innovator de Google for Education de la que ya forman parte 1.500 educadores. 

Así es; la verdad es que es un orgullo formar parte de una comunidad tan creativa e innovadora. Una de las principales características de esta certificación es el llevar a cabo un proyecto que aporte soluciones al ámbito educativo a nivel global.

En mi caso en particular lo he orientado a proporcionar a los niños una herramienta de ayuda y denuncia frente a los abusos sexuales.

Los colegios tienen que ser espacios seguros ante los monstruos más viles de nuestra sociedad, y eso en muchos casos no se está dando. Y no debemos permitirlo.

A raíz de trabajar en las escuelas la campaña promovida por la Fundación Edelvives #Notecallescuentalo nos han saltado más de una veintena de casos muy graves, donde han tenido que intervenir directamente las Fuerzas de seguridad del Estado; en concreto el Equipo EMUME de la Guardia Civil. Y, aunque en menor medida, se han dado casos donde las instituciones no han sido muy activas a la hora de denunciar y dar el paso en firme. Y eso es muy grave y preocupante.

De ahí que surja este proyecto personal para proporcionar herramientas de denuncia directa por parte de los menores, donde las escuelas permitan que si se produce una situación de abuso, el niño pueda denunciarlo a las autoridades competentes de inmediato. De esta manera conseguiríamos, en un primer lugar, proporcionar la ayuda y asistencia que precisa el menor y en segundo orden, la intervención de las Fuerzas de seguridad para analizar e intervenir ante el supuesto delito. Todo ello, en consonancia con los protocolos de prevención y detección en colegios, institutos y centros sanitarios.

Next, La leyenda del Legado, Ta-tum… Edelvives lleva tiempo apostando por la gamificación y la robótica… 

Simplemente es educar en lo que se van a encontrar en sus vidas. En un plazo muy corto de tiempo los robots pasarán a ser uno más de la familia. Y no olvidemos que la gamificación está completamente vinculada al juego, un término que nunca debería desaparecer del proceso de enseñanza y aprendizaje. Es un aspecto clave en la motivación tanto de alumnos como de docentes. Aprender y enseñar deberían ser antónimos del aburrimiento.

Día a día, está en contacto directo con docentes/colegios ¿cuáles son sus necesidades (a los coles, me refiero) en tecnología e innovación?

Principalmente un mayor acceso a los recursos tecnológicos y a la innovación. Cuando un colegio da el paso de apostar por la innovación tecnológica debería tener el respaldo de toda la comunidad educativa, especialmente de las familias; y eso por diversas casuísticas en muchos casos no es así.

¿Cuáles son las claves/pilares de la transformación digital en el aula?

Creer en ella e ir avanzando de una manera natural, nunca impuesta. Debemos ayudar con el aprendizaje adaptativo tanto a los docentes como a los alumnos.

Y siempre teniendo en cuenta que la tecnología debe adaptarse a la metodología…

Ojalá eso fuese así. Por lo general adaptamos la metodología a la tecnología que disponemos en ese momento. Un claro ejemplo es que en muchas ocasiones los docentes no hemos diseñado la tecnología que usamos en nuestras aulas. El diseño especialmente del hardware está desarrollado por empresas ajenas al mundo educativo y apenas se tiene en cuenta las necesidades reales o las limitaciones; algo que muy pronto cambiará.

En todo este proceso, ¿hasta qué punto es importante la capacitación de los docentes?

Es la clave. La motivación y la formación son la columna principal para poder sacar todo el provecho a la innovación tecnológica. Somos muy conscientes de que la tecnología avanza de una manera exponencial; y deberíamos siempre acompañar esa evolución con formación. No podemos pensar en ser docentes sin contar con la tecnología. Creemos que este aspecto debe entrar de lleno en los planes de formación de la universidad y estudios superiores.


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7 de agosto de 2018



Fuente: https://elpais.com/tecnologia/2018/04/24/actualidad/1524577831_486816.html?rel=str_articulo#1530959450557


"La adicción a las pantallas avanza silenciosa"


El psicólogo estadounidense alerta de que el enganche a las redes sociales es peligroso para el individuo y la sociedad

Adam Alter podría pasar por un telepredicador. Es joven, da bien ante la cámara, habla con soltura y tiene un discurso muy bien estructurado y simple, que llega con facilidad al público. Y si bien no se considera una persona religiosa, sí que admite que debe actuar para llamar la atención sobre una crisis social y moral que se está gestando a la sombra de la revolución tecnológica: la adicción a las pantallas.

Alter se crio en Australia antes de emigrar a Estados Unidos para doctorarse en Psicología en la Universidad de Princeton. Con 37 años, forma parte de la última generación que vivió la niñez sin dispositivos móviles dominando la rutina. Al recordar cómo eran las cosas antes de la irrupción de Internet, siente nostalgia pensando que sus hijos no conocerán cómo se empleaba antes el tiempo libre.

La tecnología digital es ahora una necesidad moderna. Los videojuegos, la televisión, la radio y el telégrafo, incluso la letra impresa, revolucionaron la sociedad por sus efectos en la cultura, el conocimiento, la creatividad y las emociones. Pero con las aplicaciones es diferente, porque se apoyan en algoritmos seductores. El problema de esta adicción, además, es que no se puede retirar la sustancia que engancha porque todo el mundo usa esta tecnología.

Profesor de marketing en la escuela de negocios de la Universidad de Nueva York, explora en Irresistible (Paidós) cómo las tecnológicas consiguen robar el tiempo y la atención de los usuarios para que no se despeguen de la pantalla. Defiende que se impongan normas en el diseño de las aplicaciones. Pero advierte que es el consumidor quien debe evaluar seriamente cómo gestiona su tiempo.

Pregunta. Los psicólogos y sociólogos llevan años debatiendo sobre los efectos de las pantallas. Ahora el problema domina los titulares.
Respuesta. El movimiento tomó cuerpo en noviembre, cuando Sean Parker [uno de los primeros inversores en Facebook] dijo que a la red social no le importa el bienestar de sus usuarios y que lo único que le interesa es que tengan sus ojos pegados a la pantalla, y que pasen el mayor tiempo posible usando el dispositivo. Fue un gran momento, llevó a otras figuras del mundo tecnológico a revelar que pasaba algo similar en sus compañías.

P. ¿Pero estas empresas se muestran indiferentes o simplemente quieren tener el mejor producto?
R. Uno podría decir que el mejor producto es el que no puedes dejar de utilizar. Si usas el iphone cuatro horas al día es porque está bien diseñado. Pero es muy difícil saber qué motivaciones hay detrás. Por eso es tan importante que quienes conocen el proceso lo cuenten, para que estas compañías tengan en consideración al consumidor.

P. ¿Es culpa del fabricante o del que desarrolla la aplicación?
R. Apple no me plantea un problema. Es cierto que permite crear aplicaciones que no podemos dejar de usar. Pero una vez que vende el teléfono, no le importa tanto el tiempo que empleas ante la pantalla. Facebook, SnapChat y Twitter, sin embargo, se preocupan por cada minuto porque esa es una métrica clave para sus negocios. Se puede pedir a Apple que regule cómo presenta la información, que también es importante, pero los anzuelos están en el contenido.

P. La persona es la última responsable del uso.
R. Hay gente que es capaz de ver que le basta con 20 minutos y pasa a otra cosa. Pero si en 2015 se estaba de media tres horas frente a las pantallas, el año pasado ya eran cuatro. Por tanto, ha habido un cambio en el contenido que se escapa al control del usuario. No todo el mundo es capaz de hacer un análisis de lo que es bueno o malo para su vida. Ahí es donde se enfocan, en los millones de ojos que no se preocupan por cómo utilizan la tecnología.

P. ¿Cómo se detecta este tipo de adicción?
R. La primera señal es social, si compromete las relaciones. La segunda es financiera, si esa interacción acaba costando más dinero del pensado. La tercera es física, porque la pérdida de atención puede causar un accidente o porque no se hace ejercicio. Y la cuarta es psicológica, porque cambia la manera en la que afrontas el aburrimiento. Esto último parece una tontería, pero el teléfono está ocupando cada segundo que tienes libre. Está bien que no te aburras, pero del aburrimiento surgen ideas.

P. ¿Son las pantallas una amenaza para una sociedad abierta?
R. Sí, porque refuerzan el efecto de caja de resonancia. La gente se queda en las plataformas en las que ve reflejadas sus mismas ideas y puntos de vista. Eso te hace ser más intransigente, dogmático y testarudo. Facebook sabe que a la gente le gusta ver que otros comparten sus mismas ideas. Las plataformas están diseñadas para tratar de mantenerte conectado al dispositivo, para reforzar esa resonancia; no quieren alterar el mensaje introduciendo opiniones diferentes.

P. Se supone que cuanto más abierta, más innovadora es una sociedad.
R. No se puede ser creativo si no se cuenta con un espacio abierto para pensar y debatir. Pero creo que estas compañías no se preocupan mucho por la innovación, salvo por la suya propia, que está enfocada en tratar de evitar que el usuario se vaya y que ellos pierdan ingresos por publicidad. Es una nueva forma de monopolio.

P. ¿Somos infelices con tanta tecnología?
R. Creo que somos menos felices como comunidad, como sociedad. Si dedicamos menos tiempo a las cosas que nos hacen humanos, y nos pasamos las cuatro horas que tenemos libres al teléfono haciendo lo mismo, nos volvemos homogéneos. Necesitamos dedicar ese tiempo libre a nuestras aficiones, a hacer deporte, a pasear por la naturaleza, a conversar cara a cara. Es vital para el desarrollo de las personas.

P. Marc Benioff, consejero delegado de Salesforce, compara el uso de las redes sociales con el consumo de tabaco. ¿Debería estar regulado por la manera en la que enganchan?
R. Se pueden introducir normas, por ejemplo, para proteger a los empleados con políticas que limiten el envío de mensajes fuera del horario laboral. Pero es algo que tienen que demandar los consumidores, como ha ocurrido con la política medioambiental. Nadie prestaba atención al vertido de residuos hasta que se convirtió en un gran problema y los consumidores forzaron el cambio.

P. ¿Cómo se pone freno al flujo de información que la gente usa para trabajar o relacionarse?
R. No es una batalla equilibrada. Hay cientos de personas dedicadas al diseño de cada detalle, de cada truco, como el botón de “me gusta”, que hace que te enganches a las plataformas. Tienen miles de millones de datos que les permiten saber lo que funciona. Por eso como consumidores debemos ser más inteligentes y tratar de cambiar nuestros hábitos de uso. Es duro.

P. Esta adicción, no obstante, no mata como las drogas.
R. Sí, pero la adicción a las sustancias afecta a una parte muy pequeña de la población, mientras que la adicción a las pantallas está mucho más extendida y avanza de una manera silenciosa. Estar enganchado a la heroína no está socialmente aceptado; estarlo a la tecnología, sí. La gente espera que respondas a los mensajes inmediatamente, desde el ascensor, o mientras cenas. Las consecuencias de esto van a tener mayor alcance.

P. ¿Es más difícil entonces de combatir?
R. La dependencia del alcohol o de las drogas se puede cortar cambiando de ambiente. No es fácil, pero es una opción. Pero si dependes de la tecnología en tu rutina diaria, no hay alternativa porque nuestras vidas están llenas de pantallas y es muy difícil comunicarse sin ellas. Para la mayoría de los adultos se han convertido, además, en un elemento que define quién eres.

P. Parece algo más similar a la crisis de la obesidad que a la del tabaco. ¿No sería más práctico enseñar a utilizar la tecnología?
R. La abstinencia no es realista, pero debería haber cursos sobre cómo interactuar con la tecnología. Y no solo para mostrar sus peligros, también sus beneficios. Hay colegios en Silicon Valley libres de tecnología donde estudian precisamente los hijos de los ejecutivos de las tecnológicas. Ellos conocen mejor nadie todo esto y son los más cautos.



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2 de julio de 2018

Fuente: http://www.elmundo.es/papel/lideres/2018/06/02/5b11339d46163f32358b4594.html

El 'profesor disciplina': "El impacto de mantener el orden en clase es enorme"





Tom Bennett es uno de los expertos más reputados de Europa en Educación.Tras redactar un informe sobre la importancia de la disciplina en los centros educativos por encargo del Gobierno británico, se lanzó a fundar ResearchEd, una organización que celebra conferencias por todo el mundo sobre análisis científicos de métodos de aprendizaje, en los que se cuestionan mantras y actitudes muy en boga últimamente. Recientemente, ha estado en Valencia, en el II Foro de Innovación educativa, organizado por Caxton College.


¿Por qué tiene tanto éxito someter las prácticas educativas a pruebas científicas?

Tenía que pasar. Desde hace décadas, las decisiones se tomaban por instinto, sin tener mucha idea de cómo iban a ser de útiles, y se basaban en la ideología de quien estuviera a cargo en ese momento. En definitiva, un desperdicio. Es enseñanza popular: vas tirando, pero es como la medicina popular, llena de supersticiones y de tradiciones sin fundamento. Eso no basta para una profesión y menos una tan importante como ser profesor. Así que fundé ResearchEd como una manera de acabar con mitos y de elevar la investigación sobre profesores y métodos.La educación se mueve como por modas, como la pizarra interactiva. 


¿Qué ha sido la gran profecía que nunca va a pasar?

Hay tantas...La mayoría de la gente en la educación tiene buenas intenciones. Es verdad que no pretenden ser un timo. Pero hay muchas cosas en las que creemos y que son basura. Por ejemplo, la tecnología ofrece grandes promesas y pocos resultados. Y, peor, caro. Las pizarras digitales y las tabletas han sido un error muy costoso.


¿Cuáles son los mantras actuales que le dan más miedo? ¿Quizá "No necesitamos conocimiento ahora que tenemos Google", ¿ O "estamos educando para trabajos que no existen"?

¿Cuánto tiempo tiene? Una ubicua y peligrosa es que los niños aprenden mejor en grupo. El trabajo en equipo ha sido promovido como una de las estrategias favoritas de enseñar, pero hay un océano de pruebas que dicen que puede ser una mala manera de enseñar, a menudo. Otra es "deberíamos centrarnos en las habilidades por encima del contenido". Es muy vacua. De nuevo, la evidencia sugiere que llegar a dominar el contenido es esencial para el automatismo, la fluidez, el recuerdo, para la comprensión y por último para la creatividad.Así que los currículos escolares se deberían centrar en temarios ricos en conocimiento y saber que las habilidades ocurren como efecto de eso de manera más eficaz.


En España hay quejas sobre el enorme tiempo que se pasan los niños con los deberes por la tarde. No sé qué evidencia hay sobre la eficacia.

Tenemos el mismo debate en Reino Unido. Es un asunto muy complejo. Hay deberes que son más o menos útiles. Por ejemplo, poner muchos deberes porque sí no me parece bien, o porque lo diga el colegio o porque los padres quieran. La investigación indica que tienen poco impacto en los niños más pequeños y más en los mayores; que leer es bueno en todas las edades; que practicar ejercicios tiene más impacto en el aprendizaje si ya saben cómo hacerlo.


¿Cómo de importante es la vocación para ser profesor? ¿Se puede llegar a ser buen profesor si sólo llegaste para ganarte la vida, no porque te encantara enseñar?

La vocación es importante, pero no es una condición suficiente para ser buen profesor.Muchos se creen llamados y luego no disfrutan ejerciendo. Lo que es importante es que te guste la asignatura, trabajar con gente joven y estar preparado para pruebas duras y para disfrutar de los resultados. Es peligroso romantizar el trabajo, porque eso lleva a la superstición de que unos han nacido para eso y otros no. Y eso permite que se les explote, tratándolos como ángeles urbanos que deben estar dispuestos a todo tipo de sacrificios. Eso es tratar a los profesores como combustible, no como profesionales humanos.


Fue el responsable nacional sobre un informe sobre la disciplina y lo ve como un asunto de justicia social, ¿cómo?

Porque hay un problema en la educación: los profesores no están bien preparados para mantener la conducta en clase de tal manera que se pueda aprender. Y los directores de colegios e instituto empiezan sabiendo muy poco de sistemas de comportamiento. Es un escándalo que estas habilidades se pasen tan por alto. El impacto es enorme. Hay niños perdiendo una hora de clase al día por lo mal que se portan en clase, un día a la semana, un año cada cinco. Qué robo se permitiría a ese nivel. Y entendemos que los mejores colegios y profesores saben cómo mantener un orden donde los niños están seguros, pueden aprender, debatir y florecer.


¿Cómo?

Que los profesores se sientan respetados y apoyados y se quedan en la profesión. Que los padres están seguros de que sus hijos lo van a hacer bien por el colegio y no a pesar del colegio. No culpo a los colegios. Culpo a todo el sistema. Y por eso es un asunto de justicia social, porque los niños que están muy atrás en el sistema social son justo los que más necesitan las oportunidades de la educación. El informe ha pasado a ser un programa de entrenamiento que el gobierno está llevando a cientos de colegios del país en las áreas donde más se necesita.


Hay que guiarse por las pruebas científicas, pero puede ser distinta en un colegio que selecciona alumnos en la zona más pija de Londres que en un colegio público del Norte de Inglaterra, ¿no?

Si lo que quiere decir es si importa el contexto, absolutamente. Los humanos somos complejos; nuestros motivos, respuestas y comportamiento están relacionadas con el contexto. Normalmente es una idiotez declarar leyes universales en el comportamiento o en los colegios. Esa humildad es importante usando investigación educativa. Por eso creo que en vez de buscar absolutos deberíamos ir a apuestas concretas, a estrategias que tienen pinta de que funcionen y en qué circunstancias. La certidumbre está sobrevalorada. Incluso puede ser imposible. En los colegios deberíamos buscar estrategias factibles, no perfectas.


¿Cuánto depende del sistema y cuánto del ambiente? En Reino Unido se han atrevido a montar un proyecto para ver por qué los niños del Norte, nuestro Sur, de un entorno económico peor lo hacen peor académicamente...

Las dos cosas son importantes. La demografía, lo socioeconómico, tienen un impacto enorme en los retos y oportunidades del colegio. Y el sistema tiene que responder adecuadamente a eso. Un hospital en zona de guerra tiene que tener distintos especialistas a un hospital tranquilo de una zona rural rica. Y la riqueza es muy importante es términos de capital cultural, vocabulario, tasas de analfabetismo y actúa como apoyo para saber más.


¿Qué hacer cuando hay datos contradictorios? Separar por niveles, por ejemplo.

Las evidencias son interesantes ahí. Por lo general, indica que hay una ventaja pequeña para los más capaces y un perjuicio más grande para los menos. Pero los colegios selectivos británicos (los llamados grammar schools) son interesantes también. La estadística sugiere que lo que marca la diferencia no es tanto el colegio como el tipo de niños que van allí. Y entiendo por qué los padres quieren que sus hijos vayan allí porque la presión del grupo importa mucho en el comportamiento.


En la mayor parte de España, los padres no saben qué puntuación obtiene el colegio de sus hijos en la única prueba nacional que hay comparado con el resto. ¿Cómo es de importante la transparencia en la actuación de los colegios?


No hay duda de que la rendición de cuentas es una parte necesaria de cualquier sistema escolar. Los padres necesitan saber si sus hijos están recibiendo una educación adecuada o no. Es indispensable que haya evaluaciones nacionales para ver esto. Qué hacer luego con los colegios y los resultados es un tema más complejo. Necesitas más datos para entender lo que ocurre en un colegio.


Ha escrito que es un error pensar en la calidad de la educación sólo en términos de inversión. El PSOE en España ha abandonado un pacto educativo porque no había un compromiso de presupuesto.

A finales de los 90 tuvimos los años de Tony Blair. Directamente tiraron dinero en educación. Con razón creían que era fundamental para mejorar nacionalmente. Y se vieron algunas mejoras. Pero mucho dinero fue como tirarlo por el retrete. ¿Por qué? Porque muchos proyectos se guiaron por el entusiasmo, la novedad, con cierto sesgo, anécdotas, más que pruebas sólidas de que iban a funcionar. La mayoría de los países han cometido ese error, pensar que todo es cuestión de presupuesto y pensar luego en qué gastarlo.


¿Se ha convertido la OCDE, con PISA, en una especie de inspección internacional de los sistemas?

Se está convirtiendo y nadie se lo ha pedido. De alguna manera, todo el mundo ha firmado, sin saber bien. Esto importa porque los países están desesperados por salir bien en el ránking de PISA. Y eso afecta mucho lo que hacen y en qué se gastan el dinero. Creo que rápidamente se está convirtiendo en algo que está haciendo daño en la educación y los países, colegios y profesores deberían tratar sus pronunciamientos con cierta precaución.

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14 de abril de 2018


“Los centros educativos han ido por delante de las reformas”



Coordinado por José Moya y Florencio Luengo, el libro ‘Mejoras educativas en España’ (Anaya Educación) realiza un análisis de cómo se han puesto en marcha en nuestro país las principales mejoras educativas durante estos últimos 40 años y cuáles han sido sus efectos a corto, medio y largo plazo.

Hemos hablado con ellos no sólo acerca de esta obra y de las experiencias que se recogen en ella, sino también de metodologías de enseñanza y de su visión acerca del sistema educativo español, entre otros temas.

¿Qué visión tienen del sistema educativo español? Puntos fuertes y a mejorar

El sistema educativo actual está basado en un complejo entramado legal del que forman parte tanto las leyes orgánicas nacionales como las leyes autonómicas. Esto significa que podemos encontrar en él una amplia variedad de respuestas educativas. Sin embargo, en conjunto, el sistema presenta una gran fortaleza porque permite que un elevado porcentaje de personas logre hacer efectivo su derecho a la educación. En este sentido, conviene subrayar todo lo que supone: estamos cada vez más cerca del objetivo europeo, según el cual 8 de cada 10 estudiantes deberán tener un título educación secundaria postobligatoria.

La mayor debilidad del sistema es, sin duda, que presenta resultados muy diferentes dependiendo del territorio en el que se desarrolla y que, lamentablemente, lejos de converger estos resultados divergen cada vez más.


¿Cómo surgió la idea de escribir este libro y que enfoque han utilizado?

Éste es un libro que debíamos a todo el profesorado y a las familias que durante décadas -y en muchas ocasiones haciendo frente a numerosos obstáculos-han logrado mejorar la respuesta educativa que un determinado centro educativo ofrecía a su alumnado. Ellos son los verdaderos protagonistas. La idea (en preocupante extensión) de que nuestro sistema educativo no había mejorado en las pasadas décadas, sino más bien que iba a peor nos animó finalmente a realizar este homenaje.


¿Qué van a encontrar en él los docentes?

Sobre todo van a encontrar experiencias concretas de centros que han tenido éxito en sus procesos de mejora. Pero estas experiencias vienen acompañadas de análisis muy completos de especialistas que ayudan a comprender las claves que han orientado y han facilitado la consecución de esas mejoras. En este sentido, el libro es un buen ejemplo de una forma de entender los procesos de mejora. A la experiencia concreta de posible mejora que diferentes y diversos centros presentan, los especialistas responden con un análisis que trata de validar la innovación y explicar las claves de la mejora que el sistema educativo ha vivido, aunque la falta de visibilidad del mismo, haga aparecer variadas tesis de estancamiento o permanentes retrocesos.


De acuerdo al análisis que realizan, ¿cuáles han sido las mejoras educativas más significativas que se han implantado con éxito en nuestro país?

En todos y cada uno de los grandes problemas que han surgido en nuestro país, desde la convivencia, al aprendizaje de las competencias básicas, se han introducido mejoras significativas, unas veces desde las administraciones, otras de forma pionera desde la práctica. En este sentido, puede llamar mucho la atención que hace más de dos décadas ya hubiera centros educativos intentando mejorar la convivencia y especialistas apoyándoles para que eso ocurriera. En este ámbito, como en otros, los centros educativos han ido por delante de las reformas educativas.

Sobre todo van a encontrar experiencias concretas de centros que han tenido éxito en sus procesos de mejora. Pero estas experiencias vienen acompañadas de análisis muy completos de especialistas que ayudan a comprender las claves que han orientado y han facilitado la consecución de esas mejoras.

Recorrer los diferentes capítulos del libro permitirá identificar esas mejoras ligadas a discursos y experiencias que es necesario fortalecer y visibilizar como hemos dicho: planes de mejora basados en indicadores de un diagnóstico previo; planes de convivencia ligados a la participación y a modelos de resolución de conflictos que superan el tradicional estilo punitivo, sin obviar su peso; o presencia de valores en el proyecto educativo del centro, que se extiende como transversal a todas las áreas y materias.

El mejor modo de avanzar en los procesos de mejora es integrando diferentes agentes y ámbitos de actuación.

También hay espacio de desarrollo curricular ligado a trabajo por tareas que integran contenidos y contextos, y que priorizan el desempeño de competencias; experiencias de formación en centros que comprometen al conjunto de la comunidad educativa, superando otras formaciones puntuales más individualizadas; desarrollo profesional docente entendido como propuesta de centro y centros en red, de forma que el trabajo de una cultura de colegialidad e inclusividad sume competencias institucionales a la labor individual del profesorado; y en la actualidad la conectividad como transversal que compromete con el modelo educativo del futuro y que desarrolla un currículum para la sociedad de la información y la comunicación.


¿Qué hace que una mejora educativa triunfe?

Ésta no es una cuestión nada fácil de responder. De hecho una de nuestras mayores dificultades es que las mejoras se arraigan en las singularidades propias de cada centro, lo que hace que los procesos no sean mecánicamente replicables. No obstante sabemos que el mejor modo de avanzar en los procesos de mejora es integrando diferentes agentes y ámbitos de actuación.

Otros factores como el liderazgo interno sostenido, el reconocimiento de las administraciones a estos esfuerzos innovadores, y el compromiso con la mejora de los aprendizajes inclusivos de todo un centro serían algunas claves más para apuntar al éxito que se desea.

Son experiencias muy variadas, hasta el punto que recorren toda la historia reciente de nuestro país. Estas experiencias representan la corriente continua que subyace a los procesos de reforma. Son experiencias que sus protagonistas han desarrollado de forma consciente y voluntaria, es decir, no son fortuitas. En otra pregunta anterior describimos por capítulos, las siete temáticas que estos proyectos describen, acompañando el esfuerzo innovador de nuestro sistema educativo a lo largo de los últimos treinta años, de 1987 a 2017 aproximadamente.

¿Comparten características comunes o metodologías de enseñanza y aprendizaje?

Todas las experiencias tiene un elemento común: un modo de concebir los procesos de mejora que hacen de la comunidad educativa los principales agentes del cambio. Este principio básico es el que luego se aplica a cada uno de los campos de actuación. El diagnóstico compartido como punto de partida y proceso de auto revisión de una comunidad educativa, la gestión y seguimiento del mismo, la evaluación formativa del proceso y el feedback permanente para actualizar la mejora, representan el modelo de proceso que les resulta común a todas las experiencias descritas.

Las experiencias del libro tienen un elemento común: un modo de concebir los procesos de mejora que hacen de la comunidad educativa los principales agentes del cambio.

Se trata por tanto de experiencias de diferente tipología, representativas de forma voluntaria de diversas ofertas educativas y tipología de centros. Les une el compromiso con la búsqueda del cambio y la identificación de técnicas contrastadas que son reconocidas como eje de la mejora educativa del contexto en que se promueven.

¿Qué recomendaciones darían a los docentes dispuestos a salir de su ‘zona de confort’ y apostar por el cambio y la innovación?

No es fácil hacer una recomendación de este tipo. Sin embargo, nos gustaría resaltar que por encima de cualquier obligación legal el profesorado tiene un amplio sentido de su profesión se siente comprometido con el alumnado y sus familias así como con sus compañeros y compañeras, y que este compromiso le lleva a buscar cada día la mejor forma de enseñar. Repensar el modelo de educación, de centro como comunidad educativa y de docente como eje de desarrollo profesional actualizado es una obligación permanente de Administraciones y representantes del profesorado.



Por último, queremos hacerles un pequeño test. ¿Qué les sugieren las siguientes palabras?

Aprendizaje: un forma de adquirir capacidades.

Cambio: una modificación de la realidad que puede tener o no tener valor educativo.

Educación: la transformación del conocimiento en capacidades.

Enseñanza: el proceso que dota de valor educativo al conocimiento disponible.

Innovación: cambios que contribuyen a ampliar y mejorar tanto la educatividad de las instituciones como la educabilidad de los sujetos.

Metodología: el resultado de procesos continuados de innovación.

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