9 de noviembre de 2.021
Un ejemplo de unidad, de amor, de comprensión y de fe.
23 de octubre de 2.021
FUENTE: FORO DE LA FAMILIA (👈 PINCHAR)
Si la mayoría de los médicos españoles se niegan a practicar un aborto es porque saben, científicamente, lo que supone esa práctica. Gracias a años de estudio saben en qué momento se forman los dedos de un bebé, cuándo comienza el latido del corazón o en qué momento el feto tiene sensibilidad al dolor. También han aprendido cómo desde el momento de la concepción hay ya un código genético que determina todo el desarrollo posterior.
Frente a la Ciencia, la ideología dominante impone la práctica del aborto en muchos países del mundo. Afortunadamente, en algunos estados de América, como en Texas, ya han comenzado a limitar el aborto con criterios científicos. Desde el pasado 1 de septiembre está restringido desde que se siente el latido del feto, normalmente en torno a la sexta semana de gestación.
La mayoría de los médicos españoles no quieren ser cómplices de una imposición ideológica que supone la eliminación de una vida humana, tal y como constata la ciencia. Que el Gobierno quiera penalizar la objeción de conciencia ante el aborto es el último atropello a la libertad en nuestro país. Para la coalición social-comunista la dignidad de la persona, la vida humana no es una prioridad. Todo se subordina a una ideología que no admite crítica.
Esta posición anticientífica es también una realidad en toda la ideología ‘Gender’. Desde el momento en que un hombre, que se siente mujer, puede inscribirse como mujer por propio capricho ya hemos tirado a la basura toda la ciencia acumulada durante siglos. Las diferencias entre hombre y mujer, desde el nacimiento, durante el desarrollo, la adolescencia, la maternidad… todo ello queda borrado de un plumazo por una simple declaración personal, que se declara legal.
En este caso de derrota de la Ciencia también se penaliza a quienes denuncian que el rey está desnudo. Quienes apelan a la Ciencia para definir qué es un hombre o qué una mujer se ven acusados de homófobos o de retrógrados, cuando la realidad es que no se dejan arrastrar por una ideología preconcebida.
La historia juzgará a los responsables de todo este despropósito. Lo que está claro es que hay muchos que no vamos a permanecer en silencio ante estos disparates. Con respeto, con información y con las evidencias científicas. Este verano escribí en otra columna, y me reafirmo, que prefiero estar en la cárcel que en silencio. Los fanáticos de la ideología única, que penalizan a quienes no piensan como ellos, me van a tener siempre enfrente.
24 de agosto de 2.021
Programa en diez pasos para fortalecer la familia, Iglesia doméstica
1. Recibid el sacramento del Matrimonio
Que tantos jóvenes vivan juntos en una unión libre o meramente civil, sin recibir el sacramento del Matrimonio, se ha convertido en “una auténtica plaga”.
Pero “el sacramento del Santo Matrimonio, bien recibido y vivido, confiere una gracia sacramental específica para ayudar a los casados a crecer en el amor mutuo, ser fieles uno a otro, abrirse a la vida teniendo hijos, educarlos en el temor de Dios, y amar a Dios y todo lo que Él quiere para nosotros”.
Sin el sacramento, el matrimonio es, siguiendo la parábola evangélica, una casa construida sobre arena: “Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se derrumbó. Y su ruina fue grande” (Mt 7, 27).
2. Rezad en familia
El padre Patrick Peyton, el célebre apóstol del Rosario, “lanzó una cruzada por la salvación de la familia” con un lema que recorrió el mundo: “Familia que reza unida, permanece unida”. La oración es “indispensable” para la santificación de la familia.
3. Frecuentad los sacramentos
“Toda la familia debe vivir su fe católica con la recepción frecuente, ferviente y llena de fe de los sacramentos”, sostiene el Padre Escobita. En particular, deben asistir juntos a misa todos los domingos y comulgar: “Dios es Amor y el Amor de Dios se derramará sobre la familia a través de la Santísima Eucaristía”.
4. Abríos a la vida
“Nuestros antepasados se casaban deseando los hijos que Dios les enviase. Hoy hay una mentalidad anticonceptiva que impregna la sociedad entera”, lamenta el padre Broom, “lo que se traduce en que las parejas se casan pensando en cómo evitar los hijos”. Esta mentalidad anti-vida se manifiesta en el uso de las muchas formas de anticonceptivos disponibles hoy día, contra el primer mandamiento de Dios al hombre que recoge la Biblia: “Creced y multiplicaos” (Gn 1, 28).
“¡Cambiemos el rumbo y, con la ayuda de la gracia de Dios, animémonos a aceptar y formar grandes familias!”, concluye.
5. Practicad la misericordia y el perdón en el hogar
“Uno de los enemigos más venenosos y perniciosos de la salvación de la familia es el resentimiento. Por desgracia, muchas parejas viven en un estado constante de disputa, lucha, rabia, palabras hirientes, resentimientos y amarguras. Por supuesto, este veneno se extiende a sus hijos”: es como el ácido para el estómago, que forma úlceras. El rencor perfora y destruye la relación entre marido y mujer, y la de toda la familia.
“Errar es humano, perdonar es divino”, sentenció el poeta Alexander Pope (1688-1744).
Y Escobita añade un consejo: “La clave para perdonar es perdonar enseguida, y acudir a la oración para ganarle la batalla al rencor en cuanto empieza”.
6. Comunicaos
En muchas familias falta una comunicación sincera, frecuente y fluida: esposo y esposa, padres e hijos, hermanos… Pero no se gana el amor de los hijos comprándoles todo lo que quieren: “¡Es más importante darles tu tiempo que tu dinero!”
7. Comed juntos
“El principal objetivo ha de ser reunir a toda la familia, si es posible todos los días, a la hora de comer”, propone Broom, pero añade una condición: “El gran desafío es que durante la comida (quizá solo media hora, si es posible más) no debe haber aparatos electrónicos sobre la mesa. Ni televisión, ni radio, ni tablet, ni teléfono, ni internet… Para que la familia pueda hablar y escuchar y reírse y disfrutar de la compañía de los demás. ¡Hablad con libertad y escuchad con atención!”
8. Mantened viva la llama del amor matrimonial
Antes del matrimonio, las parejas pasan largas horas juntos: cenan, bailan, pasean, van al cine o incluso acuden juntos a un retiro espiritual. “Por desgracia, una vez casados, todas esas actividades tan importantes para el vínculo emocional se van dejando de lado… Por eso, el matrimonio debería salir de vez en cuando para estar solos uno con otro y echar madera al fuego de su relación”.
9. Haced que el domingo sea el Día del Señor… y el Día de la Familia
Juan Pablo II, en su carta apostólica Dies Domini sobre la santificación del domingo, insiste en la importancia de redescubrir la importancia de vivir el domingo como Día del Señor, asistiendo a misa y con la oración y la adoración. Pero también insiste en que debe ser el Día de la Familia. ¿Para hacer qué? Broom propone comidas, actividades deportivas, caminatas en la naturaleza, juegos de mesa, ver juntos una película, rezar juntos y visitar a los ancianos y a los enfermos.
10. Consagrad la familia a la Virgen María
“¡Consagremos nuestra familia a la Santísima Virgen María, Madre de Dios, Madre de la Iglesia, Madres de todos y cada uno de nosotros y Madre de nuestras familias!”, pide como colofón -lo último pero no lo menos importante- el padre Broom.
Con dos aplicaciones prácticas: “Que todos los miembros de la familia lleven el Escapulario como signo de su consagración a María, y que recen el Santo Rosario”.
8 de enero de 2.021
FUENTE: VIVIDORES. (👈 CLICKEAR)
La historia de Memé es apasionante. Los 5 minutos que dura este vídeo propone un debate profundo sobre la falta de altura moral de iniciativas que pretenden introducir la eutanasia en la sociedad.
👇 (UNA JOYA)
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28 de diciembre de 2.020
FUENTE Y MÁS INFORMACIÓN: AÑO DE LA FAMILIA 👈
El 19 de marzo de 2021 la Iglesia celebra 5 años de la publicación de la exhortación apostólica "Amoris Laetitia" sobre la belleza y la alegría del amor familiar.
El mismo día el Papa Francisco inaugura el Año “Familia Amoris Laetitia”, que terminará el 26 de junio de 2022, con ocasión del X Encuentro Mundial de las Familias en Roma con el Santo Padre.
18 de junio de 2.020
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13 de abril de 2020
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9 de diciembre de 2019
Desconcierto e inestabilidad
Pienso que si se escuchara a entidades como el Foro de la familia, muchas ventajas tendrían las familias españolas.
Se puede ver el enlace de arriba para ver qué propone el Foro a nivel estatal, a nivel autonómico y a nivel local.
13 de abril de 2020
Fuente: http://padresycolegios.com/como-actuar-con-los-ninos-durante-el-confinamiento-segun-su-edad/
Cómo actuar con los niños durante el confinamiento según su edad
Rosa Mª Jové Montanyola (Lleida, 1961), es licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Barcelona, está especializada en psicología clínica infantil y juvenil y en psicopediatría (bebés de 0 a 3 años). Pero, sobre todo, es conocida por su papel como divulgadora y por ser la autora de varios libros de crianza convertidos en bestsellers como Dormir sin lágrimas (48 ediciones desde su aparición en 2006), La crianza feliz (27 ediciones), Ni rabietas ni conflictos (18 ediciones), y 365 ideas para una crianza feliz. La escuela más feliz, su último libro publicado.
«Mucho se ha hablado estos días de cómo proceder los adultos en caso de confinamiento: que si mantenimiento de rutinas, horarios, ejercicios… y muchos creen que eso mismo es lo que necesitan los niños, y no siempre es así. Si usted es un padre preocupado por cómo afectará esto a su hijo, le tranquilizará saber que los niños tienen más facilidad que los adultos para superar las adversidades en su vida», afirma Jové, que ha compartido una serie de consejos de actuación según los diferentes tramos de edad para estos días de confinamiento.
De 0 a 2 años:
«La rutina la marcan los padres, ya que, seguramente, les continuarán alimentando, acostando o bañando más o menos a la misma hora. Lo importante a estas edades no son las rutinas (sus padres van a hacerlo por ellos), sino que se lo pasen bien (que jueguen mucho y hagan actividades lúdicas) y que no se agobien. Intentemos, en la medida de lo posible, que jueguen al aire libre: si no hay jardín o terraza, puede ser en el balcón de casa o debajo de una ventana abierta, siempre con vigilancia. Lo único que van a entender de todo lo que pasa es que no pueden salir a la calle, intentemos minimizar ese aspecto. También es bueno contactar por videollamada con personas que vean normalmente (abuelos, canguro, etc.) pero sin forzar», aconseja la psicóloga.
De 3 a 6 años:
«Es bueno empezarles a contar lo que está sucediendo, porque se dan cuenta de grandes cambios y necesitan una explicación que les tranquilice. Tan importante es explicarles lo que sucede, como ser positivos y no dramatizar. Hay una diferencia entre ser positivo y mentir. No vamos a mentir, pero si explicarles el escenario más favorable en cada caso. Hay que adaptar el lenguaje a la edad del niño», afirma Rosa Jové.
Según la psicóloga, lo normal es que a estas edades se siga con las rutinas, pero recomienda «ser flexibles» porque los niños van a ver que sus padres no hacen lo mismo que siempre y ellos también pueden hacer cambios en su día a día, como ver algo más la tele, acostarse un poco más tarde, etc. La experta recomienda también que a los menores «les dé el aire al menos un ratito al día» (puede ser asomados en una ventana jugando al veo veo) para que sigan con el ritmo circadiano, y que hagan juegos en donde desarrollen su imaginación (pintar, bailar, cantar, disfrazarse…) «porque un niño que trabaja su imaginación olvida las preocupaciones».
De 7 a 12 años:
«Aquí ya es imperativo, no solo que estén informados de lo que sucede, sino de que sean proactivos y ellos se protejan, lavándose las manos y manteniendo la distancia social. Si aún no saben lo que es la distancia social, es importante explicárselo para que actúen en consecuencia», explica Jové, que pide a los padres que sigan marcando las rutinas, aunque con mayor flexibilidad. Si los padres van al trabajo o teletrabajan en casa, la psicóloga recomienda aprovechar estos momentos para que los niños y niñas desarrollen también algún tipo de trabajo escolar, «pero si los padres no trabajan, mejor no obligarles». La psicóloga considera también que este es el momento para aprender con las nuevas tecnologías o mediante proyectos, «con los que se aprende igual o mejor, pero sin darse cuenta».
La experta aconseja intentar que los menores «estén ocupados con cosas que les gusten (sí, hasta con videojuegos)», pero ir variando a lo largo del día esas actividades. «Es posible que en estos momentos se incremente la actividad con las pantallas, pero esto obedece a dos motivos: el primero es que todos hemos aumentado el uso de móviles, tablets, ordenadores, etc. y no es algo exclusivo de los niños. El segundo motivo es que, en estos momentos e igual que los padres, es la forma de poder estar conectados con sus amigos porque a estas edades ya tienen vida social (muchos niños juegan online con los compañeros de clase o se escriben mensajes…). Son situaciones excepcionales que provocan conductas excepcionales, no hay que reñirles: ya volverán a la normalidad», concluye Jové.
9 de diciembre de 2019
Desconcierto e inestabilidad
Es el signo de nuestros días. Vivimos presa del desconcierto, de la inestabilidad, que se visualizan gráficamente en nuestra situación política, pero que en realidad es algo más profundoy que notamos cada uno en nuestra esfera personal y en nuestro día a día.
No es de extrañar que desde el relativismo imperante, una gran mayoría de los ciudadanos opten por obrar de la manera que consideran que obtendrán mayores beneficios, sin importarles si sus actos son éticos o morales y, mucho menos si afectan negativamente a terceros. Si “todo vale”, tonto el último.
Esto lleva a que a quienes creemos –sabemos- que esto no es así, que el fin no justifica los medios y damos la cara por los valores verdaderos, por la familia, por el compromiso, nos pongan la cara roja o llevemos en la parte posterior de la camisa algunas puñaladas. Algunas por personas que comparten, supuestamente, nuestras ideas y posturas.
Allá ellos. El plato de lentejas con que suelen pagarse estas hazañas no es sino pan para hoy y hambre para mañana. Porque trabajar por la familia, por la vida, y por la libertad no depende de las posturas de moda, que pasarán, a pesar del gran daño que están haciendo a la sociedad.
Si cedemos ante estos aires, contribuimos gravemente a la inestabilidad y al desconcierto de la sociedad. Por nuestra parte, sin ninguna duda, mantendremos en alto nuestras banderas. Seguiremos hablando bien de las cosas buenas, por una sociedad sólida y estable.
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LA FAMILIA: RETOS Y POSIBLES MEDIDAS
Conferencia pronunciada por don Juan Moya, Rector del Real Oratorio del Caballero de Gracia, en el Casino de Madrid, el 19 de abril de 2018.
La familia es, en primer lugar, una institución natural, tan antigua como el mundo, con unos valores que le vienen dados por la dignidad de la persona humana, tal y como Dios la creó (a Adán y a Eva) en el inicio de la humanidad, y la Iglesia asume esos valores y esas características naturales y las eleva al orden de la gracia en los bautizados, por el sacramento del matrimonio.
Estimados señores y señoras: Agradezco a D. Andrés Valverde la amable invitación a participar en la tertulia de este emblemático lugar. A doña Milagros Cuevas, los elogios de la presentación, y a todos ustedes su asistencia.
Muy pocas cosas pueden ser más interesantes en la vida de una persona y en la vida de la sociedad que la familia. Y si además, hoy −desde hace décadas− la situación de no pocas familias es delicada, en cuanto a su estabilidad, su modo de vida, la legislación que la regula, y las costumbres difundidas, el tema se hace mucho más interesante.
Se trata de hablar de las características más importantes que definen la familia, que deben estar presentes en ella. Partimos de lo que entendemos por familia, tal como se ha vivido en Occidente desde siempre, y en la mayor parte del mundo; idea de la que participa la Iglesia Católica en sus rasgos esenciales: la unión fiel del hombre y la mujer, en el matrimonio, abiertos a la vida y por tanto con hijos a los que educar. De la familia forma parte también, en sentido más amplio, los abuelos y los parientes. Después hablaré, siguiendo las enseñanzas del Papa Francisco expuestas en la Exhortación Apostólica “Amoris laetitia”, de algunos retos y dificultades que se plantean hoy a la familia, y por último de algunos medios a poner para superar esas dificultades, y que la familia pueda, de hecho, cumplir su misión e influir positivamente en la configuración de la sociedad.
Lo que yo recuerde hoy aquí está ya dicho en muchos sitios, de modo más completo, con gran detalle y profundidad[1]. Yo me limito a seleccionar resumidamente algunas ideas sobre estos diversos capítulos.
Aunque por mi condición de sacerdote, haga alusión a aspectos doctrinales y morales, en realidad lo esencial lo podría decir igualmente aunque no lo fuera; incluso aunque no fuera creyente, porque la familia es, en primer lugar, una institución natural, tan antigua como el mundo, con unos valores que le vienen dados por la dignidad de la persona humana, tal y como Dios la creó (a Adán y a Eva) en el inicio de la humanidad, y la Iglesia asume esos valores y esas características naturales y las eleva al orden de la gracia en los bautizados, por el sacramento del matrimonio[2].Pero el matrimonio, base de la familia, es desde aquel primer momento, como hemos dicho antes, la unión de un hombre y una mujer, unidos para siempre, y para tener hijos: unidad, indisolubilidad y apertura a la vida, rasgos esenciales de todo matrimonio válido[3]. “Dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán una sola carne”[4], dice el Génesis. Y antes, el libro sagrado ha hablado de la creación del hombre por Dios “a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y mujer los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla”[5]. Aquí están recogidos esos rasgos esenciales.
Estos rasgos no se apoyan primeramente en la fe, sino en la condición del hombre y la mujer −complementarios sexual y afectivamente−, y en la dignidad del ser humano, que a diferencia de los animales no se puede regir por el instinto, sino por la razón y por tanto la entrega mutua de los cuerpos debe venir precedida por un compromiso de entrega (el matrimonio), y porque los hijos tienen derecho a tener un padre y una madre no solo biológicos, y a nacer como fruto del amor de sus padres.
Los retos externos que pueden afectar a la familia son muchos[6]: las dificultades económicas para formar una familia; la dificultad para compatibilizar trabajo y familia; la edad media alta de los que hoy se casan; la legislación civil que no protege suficientemente a la familia...; y otras aún más graves porque llegan a cuestionar incluso qué es la familia, qué es el matrimonio, y promueven alternativas que son contrarias a la naturaleza, a la ley natural, a lo que durante milenios han vivido todas las culturas de la tierra, aún con las excepciones y errores propios de la condición humana.
Aquí nos vamos a limitar a señalar algunas de estas dificultades o retos más importantes. Pero antes me quiero detener un poco en reflexionar sobre la grandeza e importancia de la familia.
Algunos retos
De las diversas dificultades a las que tiene que enfrentarse hoy el matrimonio y la familia voy a detenerme en algunas.
a) Convivencia previa al matrimonio
En primer lugar en la convivencia de los novios previa al matrimonio.
Hoy un gran número de parejas viven juntas antes de casarse. Un buen porcentaje de ellas no tiene previsto casarse; otras sí. Parece claro que esa convivencia va en detrimento de la institución matrimonial, porque las parejas de hecho no lo valoran, y las que se casan después de haber convivido tienen el riesgo probable de verlo como un trámite, y no como algo esencial que se añade a sus vidas.
Los que tienen previsto casarse, a veces viven juntos durante años antes de casarse. Unos lo hacen −dicen− por motivos económicos, para ahorrar gastos cuando ambos no viven con sus padres; otros porque piensan que así se conocerán mejor...
Los motivos económicos pueden ser objetivos, pero no son los únicos que han de valorar y no son tampoco los más importantes. En todo caso, no justifica vivir juntos; pueden buscar otros modos de ahorrar. En cuanto a conocerse mejor, la experiencia indica que esa convivencia no suele cumplir su cometido muchas veces, porque de hecho el mayor número de matrimonios que se rompen se da en parejas que han convivido juntos antes de casarse. Aquí podría añadirse también qué se entiende por conocerse, que no es solo saber cómo pensamos, qué opiniones tenemos, cómo nos comportamos en la vida familiar... Eso forma parte del conocimiento de una persona, pero conocerse, yendo más al fondo, es saber qué somos en cuanto personas, cuál es el modo adecuado de tratar a una persona con la que me une un vínculo afectivo, pero de momento nada más. Convivir como si ya estuvieran casados, inevitablemente, como decíamos antes, resta importancia al matrimonio.
Convivir tiene también algo de “ponerse a prueba”, como no estando muy seguros del amor mutuo, y se necesitase recurrir a la convivencia para comprobar si nos queremos para siempre o no. Como decía antes, la estadística demuestra que este objetivo no solo no se consigue, sino que puede ser un obstáculo. Como decía Benedicto XVI, quemar etapas puede llevar a quemar el verdadero amor.
San Juan Pablo II aconseja, en estos casos a los pastores, enseñarles a los jóvenes a “cultivar el sentido de la fidelidad en la educación moral y religiosa”, necesaria para que haya una “verdadera libertad”; y “ayudándoles a madurar espiritualmente y hacerles comprender la rica realidad humana y sobrenatural del matrimonio-sacramento”[11].
b) El divorcio
En cuanto a los matrimonios, uno de los más graves problemas son los divorcios: las causas son diversas pero en mi opinión la mayor parte podrían evitarse si ambos cónyuges estuvieran decididos a poner los medios necesarios para ser fieles al compromiso de indisolubilidad contraído al casarse. Y también si se pensara más en el terrible mal que se ocasiona a los hijos aunque sean mayores.
Entre las causas de los divorcios están las infidelidades, discusiones continuas, malos tratos.... Pero en la gran mayoría de los casos hay una causa común de fondo en la que a veces no se repara suficientemente y es de gran trascendencia: la indiferencia religiosa de los esposos, aunque se hayan casado en la Iglesia. Se comprueba estadísticamente que la mayoría de los matrimonios que se rompen, además de la causa más inmediata o aparente, hay otra circunstancia importante: que esas personas viven como si no fueran cristianas; no practican su fe. Como también se comprueba que los matrimonios que viven su fe, raramente llegan a divorciarse.
Se comprende que sea así, porque la indiferencia religiosa debilita las convicciones morales y doctrinales, y la influencia del ambiente relativista pesa más. Se olvidan los compromisos contraídos al casarse. Se recurre a justificaciones que no pueden serlo. Se cae en un sentido erróneo de la libertad, desligada de la verdad. El orgullo y la soberbia, más que la debilidad de la carne es el enemigo mayor: impide reconocer el error, pedir perdón o perdonar y recomenzar.
Las personas que están más cerca de Dios, son más conscientes de que han de ser fieles a sus compromisos. Cuentan más con la ayuda de la gracia y reconocen más fácilmente su culpa.
Es necesario vivir el matrimonio con la conciencia clara de “pertenecer por completo sólo a una persona. Los esposos asumen el desafío y el anhelo de envejecer y desgastarse juntos, y así reflejan la fidelidad de Dios. Esta firme decisión, que marca un estilo de vida, es una ‘exigencia interior del pacto de amor conyugal’, porque ‘quien no se decide a querer para siempre, es difícil que pueda amar de veras un solo día’”[12].
En el caso de que la convivencia se haga imposible por culpa de uno, la Iglesia admite la separación, mientras dure esa causa, pero no el divorcio, pues el vínculo es indisoluble y no puede ser disuelto por ninguna autoridad ni civil ni eclesiástica (salvo el Papa en casos muy excepcionales en que está en peligro la fe de uno de los esposos). Por eso el divorcio en realidad es una ficción jurídica.
Otra cosa es que el cónyuge inocente tenga que sufrir divorciarse porque en la ley civil baste que lo solicite uno de los cónyuges para que se conceda. O para obtener los bienes económicos que le correspondan, si no hay otro modo de conseguir un acuerdo justo.
La Iglesia anima a los divorciados a no dejar de rezar y de asistir a Misa, aunque, si se han unido a otra persona civilmente o de hecho, no estén en condiciones de poder comulgar. “Fundándose en la Sagrada Escritura, la Iglesia reafirma su praxis de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados que se casan otra vez. Son ellos mismos los que impiden que se les admita, ya que su estado y situación de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía” Y además, si se les admitiera, “los fieles serían inducidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio”[13].
c) El aborto
El aborto es una de las tragedias mayores de nuestro tiempo, una lacra social sin justificación posible, de la que los hombres (hombres y mujeres) tendrán que dar cuenta a Dios. La muerte de millones de inocentes clama al cielo. Peor que los campos de exterminio, y ha causado y sigue causando en el mundo más muertos que todas las guerras juntas. Y mientras tanto, la sociedad envejece progresivamente...
“La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a lavida”[14]. Desde el siglo primero, la Iglesia ha afirmado la malicia moral de todo aborto provocado. Esta enseñanza no ha cambiado; permanece inviolable. El aborto directo, es decir, querido como un fin o como un medio, es gravemente contrario a la ley natural”[15]. El Concilio Vaticano II dijo que “el aborto y el infanticidio son crímenes abominables”[16].
Si se niega el derecho a la vida del no nacido, no podemos hablar seriamente de justicia social, ni de derechos humanos. La vida humana es una realidad biológica indiscutible desde la concepción del óvulo. Ninguna madre puede tener derecho a matar la vida del hijo que lleva en su vientre, aunque haya sido producto de una violación. La legislaciones civiles que lo permiten son injustas.
No habría abortos, en su casi totalidad, si no vinieran precedidos de una cadena de desórdenes sexuales que trivializan la sexualidad reduciéndola a un mero placer físico −con la complicidad de medios de comunicación, de la “industria” del sexo y de algunas legislaciones sobre el tipo de educación de los adolescentes−, que abarcan desde las relaciones sexuales prematuras −de adolescentes− pasando por la anticoncepción, las violencias o violaciones, los embarazos no deseados y los abortos. Y resulta sorprendente que nos extrañemos de la llamada violencia de género y a la vez nos parezca bien, y la fomentemos, una libertad sexual sin responsabilidad, es decir un libertinaje.
La defensa de la vida humana no es ni de izquierdas ni de derechas, sino de todos, como lo es el no robar, el no mentir, el no matar y como deberían serlo todos y cada uno de los diez mandamientos, que son el resumen de la ley natural. Ponerle etiquetas para descalificarlo, resulta bochornoso. Tiene poca credibilidad moral el que no respete la vida humana del nasciturus. Por supuesto, a la vez, los Estados deben ayudar a las madres solteras, proteger la maternidad, etc.
Tan grave considera la Iglesia el aborto consentido que pena con la excomunión al que lo practica y al que induce a él[17]. La ignorancia de esa pena especial libra de ella, aunque no de su culpa y de su gravedad.
La Iglesia, como madre, siguiendo el ejemplo de Jesucristo con la mujer adúltera, la samaritana y tantos otros pecadores, acoge a todos sus hijos, sean cuales sean sus errores y pecados, siempre que los reconozcamos y acudamos a pedir perdón.
d) Modo de entender las relaciones sexuales
Muchos aspectos negativos relacionados con la sexualidad, que afectan en definitiva a la institución matrimonial, se deben a una manera errónea de entender y vivir las relaciones sexuales. Hemos sido creados hombre y mujer, iguales en dignidad (por tener la misma naturaleza) y complementarios en la sexualidad. Esta distinción de sexos es, como resulta evidente, para la procreación. Pero somos personas, y por tanto nos debemos regir por la razón, no por el instinto como los animales. Por otra parte, la dignidad de la persona −cuerpo y alma, materia y espíritu, imagen y semejanza de Dios− requiere que no se le pueda “utilizar” como si fuera un “objeto de placer”. “El cuerpo del otro es con frecuencia manipulado, como una cosa que se retiene mientras brinda satisfacción y se desprecia cuando pierde atractivo”[18]. Añade el Papa que “la sexualidad no es un recurso para gratificar o entretener, ya que es un lenguaje interpersonal donde el otro es tomado en serio, con su sagrado e inviolable valor”[19].
El único modo adecuado de tratar a la persona humana, hombre y mujer, es el amor, como recordaba San Juan Pablo II. Por tanto la relación sexual entre el hombre y la mujer debe ser siempre por amor y abierta a la vida. Y ambas cosas reclaman un compromiso previamente asumido de unión y fidelidad para siempre, para poder hacerse cargo del fruto de esa unión, y porque todo nacido tiene derecho a tener un padre y una madre, no solo biológicos, que le cuiden y le quieran. Ese compromiso es el matrimonio. Si la relación sexual se desliga del compromiso matrimonial y del amor, lo que es un medio para facilitar la procreación (el placer sexual) se convierte en un fin, y por tanto es una relación desordenada, ilícita, inmoral. Y si esas relaciones se mantienen, inevitablemente vendrán consecuencias negativas, humanas y espirituales, para esas personas.
El Papa habla de “la cultura de lo provisorio”, en la que las personas pasan con velocidad de una relación afectiva a otra: “creen que el amor se puede conectar y conectar a gusto del consumidor”, con temor a un compromiso permanente. Además, “el narcisismo vuelve a las personas incapaces de mirar más allá de sí mismas, de sus deseos y necesidades”[20]. Y una “afectividad narcisista , inestable y cambiante, no ayuda siempre a los sujetos a alcanzar una mayor madurez”[21].La difusión de la pornografía y el uso desequilibrado de internet son otros factores negativos.
e) La ideología de género
Otro peligro grave para el matrimonio, la familia, la educación de los jóvenes y la sociedad en general es la llamada ideología de género, que va contra la historia de la humanidad, contra la ciencia y el sentido común, y sin embargo tiene la pretensión de presentarse como si se tratase de un gran avance en los derechos de la persona, que deben ser reconocidos por las legislaciones civiles, incluso con un carácter dogmático y punitivo para el que piense lo contrario.
“Detrás del uso cada vez más difundido de la expresión ‘género’, en vez de la palabra ‘sexo’, se esconde una ideología que pretende eliminar la idea de que los seres humanos se dividen en dos sexos. Esta ideología quiere afirmar que las diferencias entre el hombre y la mujer, más allá de las obvias diferencias anatómicas, no corresponden a una naturaleza fija, sino que son producto de la cultura de un país o de una época determinados. Según esta ideología, la diferencia entre los sexos se considera como algo convencionalmente atribuido por la sociedad y cada uno puede ‘inventarse’ a sí mismo. Desaparece la diferencia entre lo que está permitido y lo que está prohibido en este ámbito”[22].
Estas afirmaciones, que van contra la evidencia y el sentido común, llevan a afirmar que hay más de dos géneros todos igualmente válidos (el homosexual masculino o femenino, el heterosexual, el bisexual y el transexual), así como toda forma de relación sexual fuera del matrimonio.
Junto con la desaparición de los sexos, propugnan la desaparición de la familia porque, según esta ideología, la familia es fuente de opresión de la mujer.
Difunden también la libre elección de reproducción, que quiere decir derecho al aborto, derechos reproductivos de las lesbianas, derecho de las lesbianas a concebir hijos a través de inseminación artificial y adoptar legalmente a los hijos de sus compañeras. La reproducción sería resultado sólo de algunos encuentros sexuales heterosexuales[23].
Estas ideas están ampliamente comentada sen un documento de la Congregación de la Doctrina de la Fe, del año 2004[24].
El problema radica en que en los últimos años ha habido una tendencia errónea a “subrayar fuertemente la condición de subordinación de la mujer” −subordinación al hombre− para justificar así “una actitud de contestación”. Laujer, para ser ella misma, “se constituye en antagonista del hombre”, lo que da lugar a “una rivalidad entre los sexos”, lo que tiene “su implicación más inmediata y nefasta en la estructura de la familia”. Y para evitar cualquier supremacía de un sexo sobre otro, “se tiende a cancelar las diferencias, consideradas como simple efecto de un condicionamiento histórico-cultural”. El sexo con el que se nace no tendría mayor importancia, porque lo principal es “el género” masculino o femenino que libremente se escoja, independientemente del sexo. El “género” sería una dimensión estrictamente cultural.
Así, se da lugar a una antropología que en vez de favorecer la igualdad de la mujer con el hombre, cuestiona la familia compuesta por un padre y una madre, enfrenta a la mujer con el hombre, equipara la homosexualidad a la heterosexualidad, y abre la puerta a una sexualidad polimorfa.
Aunque la “bandera” con que se presenta esta ideología es el feminismo, la motivación más profunda es el empeño en liberar a la persona humana de sus “condicionamientos biológicos”: la naturaleza, dicen, no debe imponer ninguna ley; es la persona la que se configura según sus propios deseos, libre de toda predeterminación vinculada a su constitución esencial (cfr. nn. 1-3 de la Carta de la Congregación).
Estas ideas tienen antecedentes en la ideología neo-marxista, por su visión distorsionada de la realidad, que analiza a través de los esquemas de lucha de clases. De hecho, Federico Engels, en su libro El origen de la familia, propiedad privada, y Estado, sostiene que “el primer antagonismo de clases de la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer en el ámbito del matrimonio monógamo; y la primera opresión de clase, con la del sexo femenino por parte del masculino”[25]. De ahí que las feministas de género no busquen, en el fondo, la mejora de la situación de la mujer, lo que es noble y necesario siempre que existan situaciones de injusticia en el ámbito familiar, profesional, etc. “Lo que se busca −ya lo hemos dicho− es la anulación de lo femenino y lo masculino en cuanto condición dada por la naturaleza humana.
Recientemente, el Papa Francisco ha dicho también que esta ideología “presenta una sociedad sin diferencias de sexo y vacía el fundamento antropológico de la familia”. Además trata de “imponer un pensamiento único que determine incluso la educación de los niños. No hay que ignorar que el sexo biológico (sex)y el papel sociocultural del sexo (gender) se pueden distinguir pero no separar (...) No caigamos en el pecado de pretender sustituir al Creador. Somos criaturas, no somos omnipotentes. Lo creado nos precede y debe ser recibido como don. Al mismo tiempo, somos llamados a custodiar nuestra humanidad, y eso significa ante todo aceptarla y respetarla como ha sido creada”[26].
La educación de cada uno comienza con nuestro nacimiento. El ambiente del hogar es esencial para la adquisición de los principios morales y religiosos, a partir del buen ejemplo de los padres. Los hermanos mayores y los abuelos son también referencias importantes para los más jóvenes. La educación religiosa en los colegios y en la parroquia es también de gran trascendencia. El estudio serio, el aprovechamiento del tiempo, el deporte, las buenas amistades, el uso correcto de la tv e internet, son otros elementos que influyen en la personalidad de los jóvenes.
Si se vive así, la sexualidad en esos años tan importantes está convenientemente orientada y no debe ser ningún obstáculo de entidad en la maduración personal. El trato con las personas del otro sexo se hará respetuosa y delicadamente, como uno quisiera que tratasen a sus propias hermanas o hermanos. Y así se puede iniciar, en su momento, una relación afectiva seria y responsable, inicio de un noviazgo vivido con gran ilusión, con naturalidad y con prudencia, viendo en esa mujer o en ese hombre, aquel o aquella en la que hemos soñado como esposo o esposa y padre o madre de mis hijos. Naturalmente, la vida cristiana bien vivida −oración, sacramentos...− ayuda mucho a conseguir estos deseables objetivos.
Y esta será la mejor preparación para un matrimonio unido, fiel, generoso en cuanto a los hijos que puedan tener. El mejor modo de combatir el divorcio y los otros peligros que hemos mencionado antes y vivir el matrimonio como el camino querido por Dios para la gran mayoría de los hombres y mujeres, en el que alcanzar la plenitud de la vocación cristiana. Como escribe el Papa, “una comunión familiar bien vivida es un verdadero camino de santificación en la vida ordinaria y de crecimiento místico, un medio para la unión íntima con Dios”[27].
Podemos terminar con esta frase del Papa, de su reciente Exhortación Apostólica sobre la santidad: “Me gusta ver la santidad en el pueblo de Dios paciente: a los padres que crían con tanto amor a sus hijos, en esos hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a su casa, en los enfermos”. Más adelante añade que ve la santidad en los padres y abuelos que “enseñan con paciencia a los niños a seguir a Jesús”.
“En esta constancia para seguir adelante día a día, veo la santidad de la Iglesia militante. Esa es muchas veces la santidad «de la puerta de al lado», de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios, o, para usar otra expresión, «la clase media de la santidad”[28]. Muchas gracias.
Juan Moya
Fuente: caballerodegracia.org.
Muy pocas cosas pueden ser más interesantes en la vida de una persona y en la vida de la sociedad que la familia. Y si además, hoy −desde hace décadas− la situación de no pocas familias es delicada, en cuanto a su estabilidad, su modo de vida, la legislación que la regula, y las costumbres difundidas, el tema se hace mucho más interesante.
Se trata de hablar de las características más importantes que definen la familia, que deben estar presentes en ella. Partimos de lo que entendemos por familia, tal como se ha vivido en Occidente desde siempre, y en la mayor parte del mundo; idea de la que participa la Iglesia Católica en sus rasgos esenciales: la unión fiel del hombre y la mujer, en el matrimonio, abiertos a la vida y por tanto con hijos a los que educar. De la familia forma parte también, en sentido más amplio, los abuelos y los parientes. Después hablaré, siguiendo las enseñanzas del Papa Francisco expuestas en la Exhortación Apostólica “Amoris laetitia”, de algunos retos y dificultades que se plantean hoy a la familia, y por último de algunos medios a poner para superar esas dificultades, y que la familia pueda, de hecho, cumplir su misión e influir positivamente en la configuración de la sociedad.
Lo que yo recuerde hoy aquí está ya dicho en muchos sitios, de modo más completo, con gran detalle y profundidad[1]. Yo me limito a seleccionar resumidamente algunas ideas sobre estos diversos capítulos.
Aunque por mi condición de sacerdote, haga alusión a aspectos doctrinales y morales, en realidad lo esencial lo podría decir igualmente aunque no lo fuera; incluso aunque no fuera creyente, porque la familia es, en primer lugar, una institución natural, tan antigua como el mundo, con unos valores que le vienen dados por la dignidad de la persona humana, tal y como Dios la creó (a Adán y a Eva) en el inicio de la humanidad, y la Iglesia asume esos valores y esas características naturales y las eleva al orden de la gracia en los bautizados, por el sacramento del matrimonio[2].Pero el matrimonio, base de la familia, es desde aquel primer momento, como hemos dicho antes, la unión de un hombre y una mujer, unidos para siempre, y para tener hijos: unidad, indisolubilidad y apertura a la vida, rasgos esenciales de todo matrimonio válido[3]. “Dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán una sola carne”[4], dice el Génesis. Y antes, el libro sagrado ha hablado de la creación del hombre por Dios “a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y mujer los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla”[5]. Aquí están recogidos esos rasgos esenciales.
Estos rasgos no se apoyan primeramente en la fe, sino en la condición del hombre y la mujer −complementarios sexual y afectivamente−, y en la dignidad del ser humano, que a diferencia de los animales no se puede regir por el instinto, sino por la razón y por tanto la entrega mutua de los cuerpos debe venir precedida por un compromiso de entrega (el matrimonio), y porque los hijos tienen derecho a tener un padre y una madre no solo biológicos, y a nacer como fruto del amor de sus padres.
Los retos externos que pueden afectar a la familia son muchos[6]: las dificultades económicas para formar una familia; la dificultad para compatibilizar trabajo y familia; la edad media alta de los que hoy se casan; la legislación civil que no protege suficientemente a la familia...; y otras aún más graves porque llegan a cuestionar incluso qué es la familia, qué es el matrimonio, y promueven alternativas que son contrarias a la naturaleza, a la ley natural, a lo que durante milenios han vivido todas las culturas de la tierra, aún con las excepciones y errores propios de la condición humana.
Aquí nos vamos a limitar a señalar algunas de estas dificultades o retos más importantes. Pero antes me quiero detener un poco en reflexionar sobre la grandeza e importancia de la familia.
La familia, núcleo esencial de la sociedad
Sobre la importancia, quizás bastaría decir que una sociedad es lo que sean las familias que la componen. Si la familia está unida, si tiene hijos y se ocupa de su atención y formación, si cuida a los mayores y ancianos, la sociedad estará sana, estable, y habrá continuidad, transmisión de saberes y entendimiento entre las distintas generaciones.
Como ha dicho el Papa muchas veces, los mayores atesoran la sabiduría de los años y la experiencia. Por justicia, por caridad y por el propio bien de las generaciones más jóvenes, los mayores deben estar bien atendidos por su familia. El Estado debe facilitar también los medios materiales necesarios para la buena atención de las personas mayores, como un objetivo prioritario con tantas personas que han trabajado por contribuir a sacar adelante el país.
Si nuestra familia es “lo que debe ser”, nos sentiremos seguros, acogidos, escuchados, comprendidos, amados, valorados: vemos que nuestra vida tiene sentido. Si nuestra familia “no funciona”, todo lo anterior se complica notablemente.
Si las familias están rotas, desestructuradas, si muchos niños y niñas no crecen en un hogar con un padre y una madre, la formación de estas generaciones será más deficiente, crecerán con carencias afectivas importantes, con ausencia de la necesaria autoridad paterna y materna, y los desequilibrios psicológicos y temperamentales serán más frecuentes. En jóvenes así los problemas en el comportamiento, en los estudios, en los proyectos de vida, en su anclaje en la sociedad, serán más abundantes. También será más difícil la transmisión de la fe, porque ha empezado por faltarles en su propio hogar en años decisivos para la formación y la madurez de la persona. Una vida lograda requiere no solo un buen trabajo, sino también lazos familiares estables.
El fundamento cristiano de la familia
Para los creyentes, la familia es además un reflejo de la Familia de Dios, en la que hay un Padre, un Hijo, y el fruto del amor de ambos que es el Espíritu Santo. Y los padres se sienten colaboradores directos de Dios en traer hijos al mundo, que son hijos suyos pero que también son hijos de Dios, y deben tratarles como tal, destinados a la eternidad en el cielo. Los padres tienen el gozoso y grave deber de educar a sus hijos para que puedan llegar a esa meta para la que hemos sido creados.
Para entender la importancia de la familia y darle su verdadero valor, debería bastarnos mirar la vida de Jesucristo: nace y crece en el seno de una familia, en la que vivió la mayor parte de su vida en la tierra. En la vida del Señor no hay nada que sea indiferente, todo tiene un valor santificador. No es como un paréntesis hasta el comienzo de la vida pública: es una enseñanza clara sobre la necesidad de la familia en la vida de los hombres y su valor de cara al fin para el cual hemos sido creados.
Leemos en el Compendio del Catecismo de la Iglesia: “Dios, que es amor y creó al hombre por amor, lo ha llamado a amar. Creando al hombre y a la mujer, los ha llamado en el matrimonio a una íntima comunión de vida y amor entre ellos, ‘de manera que ya no son dos, sino una sola carne’ (Mt 19,6). Y al bendecirlos, Dios les dijo: ‘creced y multiplicaos’ (Gn 1,28)”[7].
Y el fin para el que Dios instituye el matrimonio es “para la comunión y el bien de los cónyuges y la procreación y educación de los hijos (...) ¡Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre’(Mc 10,9)[8].
Un hombre y una mujer, unidos en matrimonio, forman, por sí mismos y con sus hijos una familia. Y “la familia es la célula original de la sociedad humana y precede a cualquier reconocimiento por parte de la autoridad pública. Los principios y valores familiares constituyen el fundamento de la vida social”. Por tanto “los poderes públicos deben respetar, proteger y favorecer la verdadera naturaleza del matrimonio y de la familia, la moral pública, los derechos de los padres, y el bienestar económico”[9].
Los esposos cristianos deben tener conciencia de su vocación matrimonial: se han casado no solo por ser una decisión personal, sino también porque están convencidos de que Dios les llama al matrimonio, como a otros les llama a la vida religiosa o al sacerdocio. Y esa convicción da más seguridad y más hondura a la decisión de casarse, porque procurarán vivir como Dios ha querido que sea el matrimonio, y comenta San Pablo en su carta a los Efesios: un amor como el de Cristo por su Iglesia: único, fiel, fecundo, para siempre, inmaculado, santo...
“El matrimonio no es, para un cristiano, una simple institución social, ni mucho menos un remedio para las debilidades humanas: es una auténtica vocación sobrenatural (...) y a la vez, e inseparablemente, contrato que un hombre y una mujer hacen para siempre, porque −queramos o no− el matrimonio instituido por Jesucristo es indisoluble”[10].
Algunos retos
a) Convivencia previa al matrimonio
En primer lugar en la convivencia de los novios previa al matrimonio.
Hoy un gran número de parejas viven juntas antes de casarse. Un buen porcentaje de ellas no tiene previsto casarse; otras sí. Parece claro que esa convivencia va en detrimento de la institución matrimonial, porque las parejas de hecho no lo valoran, y las que se casan después de haber convivido tienen el riesgo probable de verlo como un trámite, y no como algo esencial que se añade a sus vidas.
Los que tienen previsto casarse, a veces viven juntos durante años antes de casarse. Unos lo hacen −dicen− por motivos económicos, para ahorrar gastos cuando ambos no viven con sus padres; otros porque piensan que así se conocerán mejor...
Los motivos económicos pueden ser objetivos, pero no son los únicos que han de valorar y no son tampoco los más importantes. En todo caso, no justifica vivir juntos; pueden buscar otros modos de ahorrar. En cuanto a conocerse mejor, la experiencia indica que esa convivencia no suele cumplir su cometido muchas veces, porque de hecho el mayor número de matrimonios que se rompen se da en parejas que han convivido juntos antes de casarse. Aquí podría añadirse también qué se entiende por conocerse, que no es solo saber cómo pensamos, qué opiniones tenemos, cómo nos comportamos en la vida familiar... Eso forma parte del conocimiento de una persona, pero conocerse, yendo más al fondo, es saber qué somos en cuanto personas, cuál es el modo adecuado de tratar a una persona con la que me une un vínculo afectivo, pero de momento nada más. Convivir como si ya estuvieran casados, inevitablemente, como decíamos antes, resta importancia al matrimonio.
Convivir tiene también algo de “ponerse a prueba”, como no estando muy seguros del amor mutuo, y se necesitase recurrir a la convivencia para comprobar si nos queremos para siempre o no. Como decía antes, la estadística demuestra que este objetivo no solo no se consigue, sino que puede ser un obstáculo. Como decía Benedicto XVI, quemar etapas puede llevar a quemar el verdadero amor.
San Juan Pablo II aconseja, en estos casos a los pastores, enseñarles a los jóvenes a “cultivar el sentido de la fidelidad en la educación moral y religiosa”, necesaria para que haya una “verdadera libertad”; y “ayudándoles a madurar espiritualmente y hacerles comprender la rica realidad humana y sobrenatural del matrimonio-sacramento”[11].
b) El divorcio
En cuanto a los matrimonios, uno de los más graves problemas son los divorcios: las causas son diversas pero en mi opinión la mayor parte podrían evitarse si ambos cónyuges estuvieran decididos a poner los medios necesarios para ser fieles al compromiso de indisolubilidad contraído al casarse. Y también si se pensara más en el terrible mal que se ocasiona a los hijos aunque sean mayores.
Entre las causas de los divorcios están las infidelidades, discusiones continuas, malos tratos.... Pero en la gran mayoría de los casos hay una causa común de fondo en la que a veces no se repara suficientemente y es de gran trascendencia: la indiferencia religiosa de los esposos, aunque se hayan casado en la Iglesia. Se comprueba estadísticamente que la mayoría de los matrimonios que se rompen, además de la causa más inmediata o aparente, hay otra circunstancia importante: que esas personas viven como si no fueran cristianas; no practican su fe. Como también se comprueba que los matrimonios que viven su fe, raramente llegan a divorciarse.
Se comprende que sea así, porque la indiferencia religiosa debilita las convicciones morales y doctrinales, y la influencia del ambiente relativista pesa más. Se olvidan los compromisos contraídos al casarse. Se recurre a justificaciones que no pueden serlo. Se cae en un sentido erróneo de la libertad, desligada de la verdad. El orgullo y la soberbia, más que la debilidad de la carne es el enemigo mayor: impide reconocer el error, pedir perdón o perdonar y recomenzar.
Las personas que están más cerca de Dios, son más conscientes de que han de ser fieles a sus compromisos. Cuentan más con la ayuda de la gracia y reconocen más fácilmente su culpa.
Es necesario vivir el matrimonio con la conciencia clara de “pertenecer por completo sólo a una persona. Los esposos asumen el desafío y el anhelo de envejecer y desgastarse juntos, y así reflejan la fidelidad de Dios. Esta firme decisión, que marca un estilo de vida, es una ‘exigencia interior del pacto de amor conyugal’, porque ‘quien no se decide a querer para siempre, es difícil que pueda amar de veras un solo día’”[12].
En el caso de que la convivencia se haga imposible por culpa de uno, la Iglesia admite la separación, mientras dure esa causa, pero no el divorcio, pues el vínculo es indisoluble y no puede ser disuelto por ninguna autoridad ni civil ni eclesiástica (salvo el Papa en casos muy excepcionales en que está en peligro la fe de uno de los esposos). Por eso el divorcio en realidad es una ficción jurídica.
Otra cosa es que el cónyuge inocente tenga que sufrir divorciarse porque en la ley civil baste que lo solicite uno de los cónyuges para que se conceda. O para obtener los bienes económicos que le correspondan, si no hay otro modo de conseguir un acuerdo justo.
La Iglesia anima a los divorciados a no dejar de rezar y de asistir a Misa, aunque, si se han unido a otra persona civilmente o de hecho, no estén en condiciones de poder comulgar. “Fundándose en la Sagrada Escritura, la Iglesia reafirma su praxis de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados que se casan otra vez. Son ellos mismos los que impiden que se les admita, ya que su estado y situación de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía” Y además, si se les admitiera, “los fieles serían inducidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio”[13].
c) El aborto
El aborto es una de las tragedias mayores de nuestro tiempo, una lacra social sin justificación posible, de la que los hombres (hombres y mujeres) tendrán que dar cuenta a Dios. La muerte de millones de inocentes clama al cielo. Peor que los campos de exterminio, y ha causado y sigue causando en el mundo más muertos que todas las guerras juntas. Y mientras tanto, la sociedad envejece progresivamente...
“La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a lavida”[14]. Desde el siglo primero, la Iglesia ha afirmado la malicia moral de todo aborto provocado. Esta enseñanza no ha cambiado; permanece inviolable. El aborto directo, es decir, querido como un fin o como un medio, es gravemente contrario a la ley natural”[15]. El Concilio Vaticano II dijo que “el aborto y el infanticidio son crímenes abominables”[16].
Si se niega el derecho a la vida del no nacido, no podemos hablar seriamente de justicia social, ni de derechos humanos. La vida humana es una realidad biológica indiscutible desde la concepción del óvulo. Ninguna madre puede tener derecho a matar la vida del hijo que lleva en su vientre, aunque haya sido producto de una violación. La legislaciones civiles que lo permiten son injustas.
No habría abortos, en su casi totalidad, si no vinieran precedidos de una cadena de desórdenes sexuales que trivializan la sexualidad reduciéndola a un mero placer físico −con la complicidad de medios de comunicación, de la “industria” del sexo y de algunas legislaciones sobre el tipo de educación de los adolescentes−, que abarcan desde las relaciones sexuales prematuras −de adolescentes− pasando por la anticoncepción, las violencias o violaciones, los embarazos no deseados y los abortos. Y resulta sorprendente que nos extrañemos de la llamada violencia de género y a la vez nos parezca bien, y la fomentemos, una libertad sexual sin responsabilidad, es decir un libertinaje.
La defensa de la vida humana no es ni de izquierdas ni de derechas, sino de todos, como lo es el no robar, el no mentir, el no matar y como deberían serlo todos y cada uno de los diez mandamientos, que son el resumen de la ley natural. Ponerle etiquetas para descalificarlo, resulta bochornoso. Tiene poca credibilidad moral el que no respete la vida humana del nasciturus. Por supuesto, a la vez, los Estados deben ayudar a las madres solteras, proteger la maternidad, etc.
Tan grave considera la Iglesia el aborto consentido que pena con la excomunión al que lo practica y al que induce a él[17]. La ignorancia de esa pena especial libra de ella, aunque no de su culpa y de su gravedad.
La Iglesia, como madre, siguiendo el ejemplo de Jesucristo con la mujer adúltera, la samaritana y tantos otros pecadores, acoge a todos sus hijos, sean cuales sean sus errores y pecados, siempre que los reconozcamos y acudamos a pedir perdón.
d) Modo de entender las relaciones sexuales
Muchos aspectos negativos relacionados con la sexualidad, que afectan en definitiva a la institución matrimonial, se deben a una manera errónea de entender y vivir las relaciones sexuales. Hemos sido creados hombre y mujer, iguales en dignidad (por tener la misma naturaleza) y complementarios en la sexualidad. Esta distinción de sexos es, como resulta evidente, para la procreación. Pero somos personas, y por tanto nos debemos regir por la razón, no por el instinto como los animales. Por otra parte, la dignidad de la persona −cuerpo y alma, materia y espíritu, imagen y semejanza de Dios− requiere que no se le pueda “utilizar” como si fuera un “objeto de placer”. “El cuerpo del otro es con frecuencia manipulado, como una cosa que se retiene mientras brinda satisfacción y se desprecia cuando pierde atractivo”[18]. Añade el Papa que “la sexualidad no es un recurso para gratificar o entretener, ya que es un lenguaje interpersonal donde el otro es tomado en serio, con su sagrado e inviolable valor”[19].
El único modo adecuado de tratar a la persona humana, hombre y mujer, es el amor, como recordaba San Juan Pablo II. Por tanto la relación sexual entre el hombre y la mujer debe ser siempre por amor y abierta a la vida. Y ambas cosas reclaman un compromiso previamente asumido de unión y fidelidad para siempre, para poder hacerse cargo del fruto de esa unión, y porque todo nacido tiene derecho a tener un padre y una madre, no solo biológicos, que le cuiden y le quieran. Ese compromiso es el matrimonio. Si la relación sexual se desliga del compromiso matrimonial y del amor, lo que es un medio para facilitar la procreación (el placer sexual) se convierte en un fin, y por tanto es una relación desordenada, ilícita, inmoral. Y si esas relaciones se mantienen, inevitablemente vendrán consecuencias negativas, humanas y espirituales, para esas personas.
El Papa habla de “la cultura de lo provisorio”, en la que las personas pasan con velocidad de una relación afectiva a otra: “creen que el amor se puede conectar y conectar a gusto del consumidor”, con temor a un compromiso permanente. Además, “el narcisismo vuelve a las personas incapaces de mirar más allá de sí mismas, de sus deseos y necesidades”[20]. Y una “afectividad narcisista , inestable y cambiante, no ayuda siempre a los sujetos a alcanzar una mayor madurez”[21].La difusión de la pornografía y el uso desequilibrado de internet son otros factores negativos.
e) La ideología de género
Otro peligro grave para el matrimonio, la familia, la educación de los jóvenes y la sociedad en general es la llamada ideología de género, que va contra la historia de la humanidad, contra la ciencia y el sentido común, y sin embargo tiene la pretensión de presentarse como si se tratase de un gran avance en los derechos de la persona, que deben ser reconocidos por las legislaciones civiles, incluso con un carácter dogmático y punitivo para el que piense lo contrario.
“Detrás del uso cada vez más difundido de la expresión ‘género’, en vez de la palabra ‘sexo’, se esconde una ideología que pretende eliminar la idea de que los seres humanos se dividen en dos sexos. Esta ideología quiere afirmar que las diferencias entre el hombre y la mujer, más allá de las obvias diferencias anatómicas, no corresponden a una naturaleza fija, sino que son producto de la cultura de un país o de una época determinados. Según esta ideología, la diferencia entre los sexos se considera como algo convencionalmente atribuido por la sociedad y cada uno puede ‘inventarse’ a sí mismo. Desaparece la diferencia entre lo que está permitido y lo que está prohibido en este ámbito”[22].
Estas afirmaciones, que van contra la evidencia y el sentido común, llevan a afirmar que hay más de dos géneros todos igualmente válidos (el homosexual masculino o femenino, el heterosexual, el bisexual y el transexual), así como toda forma de relación sexual fuera del matrimonio.
Junto con la desaparición de los sexos, propugnan la desaparición de la familia porque, según esta ideología, la familia es fuente de opresión de la mujer.
Difunden también la libre elección de reproducción, que quiere decir derecho al aborto, derechos reproductivos de las lesbianas, derecho de las lesbianas a concebir hijos a través de inseminación artificial y adoptar legalmente a los hijos de sus compañeras. La reproducción sería resultado sólo de algunos encuentros sexuales heterosexuales[23].
Estas ideas están ampliamente comentada sen un documento de la Congregación de la Doctrina de la Fe, del año 2004[24].
El problema radica en que en los últimos años ha habido una tendencia errónea a “subrayar fuertemente la condición de subordinación de la mujer” −subordinación al hombre− para justificar así “una actitud de contestación”. Laujer, para ser ella misma, “se constituye en antagonista del hombre”, lo que da lugar a “una rivalidad entre los sexos”, lo que tiene “su implicación más inmediata y nefasta en la estructura de la familia”. Y para evitar cualquier supremacía de un sexo sobre otro, “se tiende a cancelar las diferencias, consideradas como simple efecto de un condicionamiento histórico-cultural”. El sexo con el que se nace no tendría mayor importancia, porque lo principal es “el género” masculino o femenino que libremente se escoja, independientemente del sexo. El “género” sería una dimensión estrictamente cultural.
Así, se da lugar a una antropología que en vez de favorecer la igualdad de la mujer con el hombre, cuestiona la familia compuesta por un padre y una madre, enfrenta a la mujer con el hombre, equipara la homosexualidad a la heterosexualidad, y abre la puerta a una sexualidad polimorfa.
Aunque la “bandera” con que se presenta esta ideología es el feminismo, la motivación más profunda es el empeño en liberar a la persona humana de sus “condicionamientos biológicos”: la naturaleza, dicen, no debe imponer ninguna ley; es la persona la que se configura según sus propios deseos, libre de toda predeterminación vinculada a su constitución esencial (cfr. nn. 1-3 de la Carta de la Congregación).
Estas ideas tienen antecedentes en la ideología neo-marxista, por su visión distorsionada de la realidad, que analiza a través de los esquemas de lucha de clases. De hecho, Federico Engels, en su libro El origen de la familia, propiedad privada, y Estado, sostiene que “el primer antagonismo de clases de la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer en el ámbito del matrimonio monógamo; y la primera opresión de clase, con la del sexo femenino por parte del masculino”[25]. De ahí que las feministas de género no busquen, en el fondo, la mejora de la situación de la mujer, lo que es noble y necesario siempre que existan situaciones de injusticia en el ámbito familiar, profesional, etc. “Lo que se busca −ya lo hemos dicho− es la anulación de lo femenino y lo masculino en cuanto condición dada por la naturaleza humana.
Recientemente, el Papa Francisco ha dicho también que esta ideología “presenta una sociedad sin diferencias de sexo y vacía el fundamento antropológico de la familia”. Además trata de “imponer un pensamiento único que determine incluso la educación de los niños. No hay que ignorar que el sexo biológico (sex)y el papel sociocultural del sexo (gender) se pueden distinguir pero no separar (...) No caigamos en el pecado de pretender sustituir al Creador. Somos criaturas, no somos omnipotentes. Lo creado nos precede y debe ser recibido como don. Al mismo tiempo, somos llamados a custodiar nuestra humanidad, y eso significa ante todo aceptarla y respetarla como ha sido creada”[26].
Medios
Los medios a poner para remediar estas deficiencias no son pocos, y están al alcance de nuestra mano, al menos para los casos personales. Además harán falta medidas legislativas justas y eficaces que protejan el matrimonio y la familia, la maternidad, la educación moral de los jóvenes y adolescentes, la atención a los mayores, etc. Aquí me detengo brevemente en los primeros, los personales.
La educación de cada uno comienza con nuestro nacimiento. El ambiente del hogar es esencial para la adquisición de los principios morales y religiosos, a partir del buen ejemplo de los padres. Los hermanos mayores y los abuelos son también referencias importantes para los más jóvenes. La educación religiosa en los colegios y en la parroquia es también de gran trascendencia. El estudio serio, el aprovechamiento del tiempo, el deporte, las buenas amistades, el uso correcto de la tv e internet, son otros elementos que influyen en la personalidad de los jóvenes.
Si se vive así, la sexualidad en esos años tan importantes está convenientemente orientada y no debe ser ningún obstáculo de entidad en la maduración personal. El trato con las personas del otro sexo se hará respetuosa y delicadamente, como uno quisiera que tratasen a sus propias hermanas o hermanos. Y así se puede iniciar, en su momento, una relación afectiva seria y responsable, inicio de un noviazgo vivido con gran ilusión, con naturalidad y con prudencia, viendo en esa mujer o en ese hombre, aquel o aquella en la que hemos soñado como esposo o esposa y padre o madre de mis hijos. Naturalmente, la vida cristiana bien vivida −oración, sacramentos...− ayuda mucho a conseguir estos deseables objetivos.
Y esta será la mejor preparación para un matrimonio unido, fiel, generoso en cuanto a los hijos que puedan tener. El mejor modo de combatir el divorcio y los otros peligros que hemos mencionado antes y vivir el matrimonio como el camino querido por Dios para la gran mayoría de los hombres y mujeres, en el que alcanzar la plenitud de la vocación cristiana. Como escribe el Papa, “una comunión familiar bien vivida es un verdadero camino de santificación en la vida ordinaria y de crecimiento místico, un medio para la unión íntima con Dios”[27].
Podemos terminar con esta frase del Papa, de su reciente Exhortación Apostólica sobre la santidad: “Me gusta ver la santidad en el pueblo de Dios paciente: a los padres que crían con tanto amor a sus hijos, en esos hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a su casa, en los enfermos”. Más adelante añade que ve la santidad en los padres y abuelos que “enseñan con paciencia a los niños a seguir a Jesús”.
“En esta constancia para seguir adelante día a día, veo la santidad de la Iglesia militante. Esa es muchas veces la santidad «de la puerta de al lado», de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios, o, para usar otra expresión, «la clase media de la santidad”[28]. Muchas gracias.
Juan Moya
Fuente: caballerodegracia.org.
[1] Cfr. Francisco, Exh. Apostólica Amoris laetitia, 19-III-2016; SanJuan Pablo II, Exh. Apostólica Familiaris consortio, 22-XI-1981; y Carta de los Derechos de la Familia, 22-X-1983; Catecismo de la Iglesia Católica y Compendio del Catecismo: El sacramento del matrimonio; C. Vaticano II, Constitución Gaudium et spes, II, Cap. I: La dignidad del matrimonio y la familia; Beato Pablo VI, Encíclica Humanae vitae, 25-VII-1968; Congregación de la Doctrina de la Fe, Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la colaboración del hombre y la mujer en la iglesia y en el mundo, 31-V-2004; Benedicto XVI, Encíclia Deus caritas est, 25-XII-2005.
[2] cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1602.
[3] cfr. Ibidem, nn. 1614-1615.
[4] Gn 2,24.
[5] Ibidem, 1,27-28.
[6] cfr. Francisco, Exh. Apostólica Amoris laetitia, cap. 2.
[7] Compendio del Catecismo de la Iglesia, 337.
[8] Ibidem, 338.
[9] Ibidem, 456-458.
[10] San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, n. 23.
[11] San Juan Pablo II, Exh. Apost. Familiaris consortio, n. 81.
[12] Ibidem, n. 319.
[13] Familiaris consortio, n. 84. La vida de la persona divorciada vuelta a casar “contrasta objetivamente con la ley de Dios” (Compendio del Catecismo de la Iglesia, n. 349).
[14] Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2270.
[15] Ibidem, n. 2271.
[16] C. Vaticano II, Const. Gaudium et Spes, n. 51.
[17] cfr. Catecismo de la Iglesia católica, n. 2272.
[18] Francisco, Amoris laetitia, n. 153.
[19] Ibidem, n. 151.
[20] Amoris laetitia, n. 39
[21] Ibidem, n 40.
[22] Consejo Pontificio para la Familia, Léxicon. Términos ambiguos y discutidos sobre familia, vida y cuestiones éticas, Ed. Palabra, 2004, pág. 575 (Artículo Ideología de género: sus peligros y alcance, por Oscar Alzamora Revoredo).
[23] cfr. Dra Dale O’Leary, en su trabajo El feminismo de género. Corrientes de pensamiento que impiden la promoción de la mujer, publicado en L’Osservatore Romano, n. 47, el 19-XI-2004.
[24] Congregación de la Doctrina de la Fe, Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la colaboración del hombre y la mujer en la Iglesia y en el mundo, 31-V-2004.
[25] cfr. Dale O ́Leary, El feminismo de género, oc.
[26] Amoris laetitia, n. 56.
[27] Amoris laetitia, n. 316.
[28] Exhortación Apostólica Gaudete et Exultate, n. 4 y 14; 19-III-2018.
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CÓMO GARANTIZAR UN USO ADECUADO DE LOS VIDEOJUEGOS EN VACACIONES
Las vacaciones son sinónimo de
días largos en los que las actividades de ocio se multiplican. Y entre ellas,
además de pasar más tiempo al aire libre, aumentan los ratos frente a las
pantallas, tanto para acceder a contenidos educativos como de entretenimiento.
El estudio ‘Protect your digital life this summer and school year’’
de McAfee, compañía
especializada en seguridad informática, asegura que durante las vacaciones los niños juegan
una media de dos horas diarias, lo que se traduce en unas 15 horas semanales.
En esta época, los adultos también relajan sus exigencias y suelen ser más
condescendientes. Sin embargo, esta permisividad no debería ser sinónimo de
falta de supervisión y de un acceso poco seguro, sobre todo cuando se trata de
videojuegos y contenidos online.
Información y comunicación
Como ocurre con casi cualquier
tema, la información es la clave para un uso adecuado. Aunque cada vez menos, a
los videojuegos les siguen persiguiendo determinados estigmas. Desde
Empantallados.com, plataforma para dar a conocer los beneficios de las nuevas
tecnologías a padres y madres, se encargan de desmontarlos y ofrecen algunas
pautas para mejorar la comunicación sobre este asunto en casa.
Para empezar, no hay que perder
de vista que quien pone los horarios y las reglas es el adulto. Eso sí, también
hay que asumir que “hay videojuegos que requieren cierto empeño y pocos minutos
no bastan para triunfar (un simulador deportivo, un juego de construcción de
civilizaciones, etc.). Hay que intentar no cortarlo en el momento de más
disfrute, ya que sería casi tan injusto como parar una película o un partido
diez minutos antes del final”, apuntan desde esta plataforma. Esto ahorrará más
de un conflicto.
En cuanto al tipo de contenidos,
desde Empatallados.com señalan que es fundamental que los progenitores estén
informados de aspectos como las clasificaciones por edades de los videojuegos
(la PEGI europea,
por ejemplo, indica a partir de qué edad es apto cada título), se preocupen del
género al que suelen jugar (si es educativo, arcade, estrategia, etc.) y
busquen referencias sobre los títulos. Además, es importante asegurarse de que
no entran en contacto de manera habitual con desconocidos.
Por último, también advierten de
la importancia de que los menores no se pongan delante de una pantalla solos.
Una buena opción es proponerles que disfruten del videojuego en una pantalla
grande y no en un teléfono móvil o tableta. De esta forma, es más fácil
supervisarles y, llegado el caso, compartir el juego en familia.
Utilización de los controles parentales
Según el mismo informe de McAfee,
el 89% de los padres son conscientes de los peligros a los que están expuestos
sus hijos, pero todavía hay una parte que los desconoce o que no sabe cómo
controlar el uso que hacen de los videojuegos y contenidos online.
Hay dos palabras clave que
cualquier adulto ha de tener en cuenta cuando permite el acceso de un menor a
un dispositivo con conexión a internet: “control parental”. Es la alternativa
más segura para cerciorarse de que el uso está acorde con su edad y con los
criterios establecidos por el adulto. Sobre este último recae la
responsabilidad de configurarlo de la manera adecuada.
Actualmente existen herramientas
que facilitan mucho esta gestión. Ejemplo de ello son las posibilidades
que ofrece Netflix o HBO para restringir o limitar el acceso a sus
plataformas. Además de crear perfiles por edades, también es posible establecer
la petición de una clave de acceso (PIN) para determinados contenidos.
En el caso de los videojuegos,
junto a la clasificación por edades, las consolas también permiten administrar
el acceso. Así, en la Xbox One, por ejemplo, es posible seleccionar un uso familiar. Entre otras configuraciones, figura la
administración del tiempo
que un niño pasa con la consola, quién puede interactuar con ellas y, cómo
no, filtros de contenido por edad.
Por otro lado, cualquier teléfono
móvil con sistema operativo Android o iOS facilita acciones como su bloqueo con
un patrón, contraseña o huella dactilar, además de restringir las compras en tiendas de aplicaciones,
como Google Play. Las herramientas existen, ahora solo falta aplicarlas para
garantizar que los más pequeños usan los dispositivos de la mejor forma
posible, también durante las vacaciones.
2 de mayo de 2019
"LA BANALIZACIÓN DE LA SEXUALIDAD"
Estamos creando una sociedad donde a los niños se les fuerza a entrar en la madurez casi sin pasar por la adolescencia. Acortados los tiempos, los chavales llegan a los grandes retos de la vida sin quemar las etapas necesarias. Educamos a los hijos para navegar por la vida sin enseñarles lo profundo que en ella habita, les convertimos en adultos prematuros. Los tiempos de crecimiento se devoran, llevamos una vida fast food donde todo es rápido y banal.
Los medios de comunicación, las redes sociales, el cine, los videojuegos, las empresas, instituciones y fuerzas sociales nos dicen cómo tenemos que vivir nuestra vida sexual: que no debemos caer en la monotonía, nos animan a todo tipo de prácticas sexuales y a preguntarnos por qué no nos atrevemos a hacerlo, te recetan la utilización de juegos eróticos y demás parafernalia. La sociedad entra a saco a decirte cómo debes vivir tu vida sexual desde instancias de mercado y de poder pero también desde movimientos sociales que se consideran alternativos. Al mismo tiempo que banalizado, el sexo se ha sublimado. Una sublimación que se produce por cuanto a fuerza de presentar el sexo como algo banal, lo está convirtiendo también en algo en lo que ha de terminar cualquier relación que se produzca entre seres humanos, como si nada que no condujera al sexo pudiera valer la pena.
Los patrones que se ofrecen a los jóvenes parten de la separación entre sexo y amor. El sexo se ha convertido en puro divertimento y el cuerpo como un mero instrumento de satisfacción, despojado de cualquier significado antropológico más profundo, como don para el otro; y el amor se presenta como un sentimiento efímero, que viene y se va, que depende solamente de lo que se siente en cada momento, desvinculado de todo atisbo de voluntad y compromiso. La educación sexual imperante responde a estos planteamientos mecanicistas, eludiendo su íntima conexión con la dimensión espiritual del hombre y su afectividad. La banalización de la sexualidad, el acceso a la pornografía, es un cóctel peligroso que, entre otras cosas, fomenta la violencia sexual entre los menores.
La grandeza de la sexualidad humana
Ante este panorama, habría que redescubrir la grandeza de la sexualidad humana, por la que el hombre y la mujer, que se aman y se desean, quieren construir una vida juntos. El ser humano es un ser integral en sus dimensiones corporal, psicológica y espiritual. La sexualidad humana, compuesta por un conjunto de características biológicas, psicológicas e intelectuales, se experiencia y se expresa en todo lo que somos, sentimos, pensamos y hacemos. La sexualidad es un universo complejo que engloba lo afectivo, lo cognitivo, el placer y la procreación. Todos estos están relacionados entre sí y, cada uno de ellos, juega un papel importante en la forma de cómo percibimos todo lo relacionado con lo sexual, integrando las facetas afectiva (sentimientos), cognitiva (comunicación, conversación), placer y procreación.
El cuerpo es como el puente que me une al mundo, es la expresión externa de mi “yo”. La sexualidad humana está pensada para crear lazos físicos fuertes. La ruptura de esos lazos físicos puede producir traumas. En las relaciones sexuales o te uso o te amo. Lo que hacemos nos va conformando. Si entramos en una vida promiscua, eso me afecta y me va condicionando, haciéndome una persona más capaz de usar a los demás.
El ser humano es un ser racional y libre, características fundamentales que nos distingue de los animales, limitados por sus instintos y determinados por su genética. El sexo no es un instinto ciego, ni algo incontrolable, es una tendencia que yo puedo manejar, controlar, encausar y encaminar. No somos animales que no pueden controlar sus instintos ciegos. La sexualidad y la genitalidad son posibles ordenarlas, es un tema de madurez, de armonía, de señorío de sí mismo, de control, de fuerza de voluntad, de amor. El ser humano posee la capacidad de amar y ser amado, en lo más profundo de su ser tiene la capacidad de entregarse y servir a los demás, de amarse a sí mismo y de relacionarse con la naturaleza. El sexo también desarrolla facetas profundas de la afectividad y la conciencia de la personalidad. En la sexualidad uno es el amo porque somos libres. El hombre es libre para la sexualidad: yo decido, estoy condicionado pero no determinado. Cuando entrego mi cuerpo, entrego también mi persona. Si el hombre es más que un cuerpo, mi actitud ante el sexo tiene que ser distinta a que si fuese solamente un cuerpo.
El acto sexual representa la culminación de otra serie de actos concatenados en los que se ofrece la ocasión de entremezclar dos vidas que se aman. El acto sexual es un eslabón más en la conducta amorosa, no puede estimarse como una frivolidad más, sino que hay que situarlo en el terreno de los actos de más profundo sentido humano. Es tan profundo y delicado que es por lo que de por sí implica serios compromisos en la existencia. No sucede así cuando el acto sexual está meramente destinado a calmar el hambre sexual o se aparta de su auténtica legitimidad. El acto sexual legítimo está tan distante de la mera superficialidad y frivolidad, que la historia misma nos enseña cómo su marginación ilegítima es acontecimiento habitual de toda época de declinación cultural.
La madurez afectiva: voy donde quiero ir en vez de ir donde me apetece ir
Hoy vemos muchas distorsiones afectivas o desórdenes emocionales que pueden tener su raíz en lo afectivo. Una persona no es solo sus emociones y sentimientos, vivimos muchas veces esclavos de lo emocional o sentimental, olvidándonos que la mente o razón es la llamada a regir nuestros sentimientos y emociones.
La afectividad comprende cinco facetas de la persona: la física: las manifestaciones afectivas tienen una resonancia fisiológica, la máxima intensidad se da en las emociones y la mínima en los estados de ánimo y los sentimientos; la psicológica: las vivencias y experiencias interiores dejan huella en nuestras existencias y en nuestras historias personales; la conductual: la afectividad se manifiesta en nuestro exterior a través de nuestras conductas y comportamientos; la cognitiva: tras las emociones o sentimientos existen pensamientos, cogniciones, ideas y conceptos; y la asertiva: referida a las habilidades sociales, a la capacidad de relacionarnos con los otros, volcando nuestros afectos, emociones y sentimientos.
El maduro afectivo es el que se conoce a sí mismo, el que puede responder a la pregunta sobre la propia identidad en el día a día. El maduro afectivo es el que vive la libertad y la autenticidad, el que no es esclavo de nada ni de nadie. A veces somos esclavos de nuestras emociones, sentimientos, del que dirán, de la valoración de otros. Hay quienes son esclavos del juego, el sexo, el alcohol o las drogas, adicciones que se generan muchas veces en medio de carencias y vacíos afectivos.
La armonía que existe entre la inteligencia (mente), la afectividad (corazón) y la voluntad (acción) da lugar a la madurez afectiva. Desde la mirada integral del ser humano, la afectividad “es el modo en que somos impactados internamente por las circunstancias que se producen a nuestro alrededor. Es en la intimidad de la persona donde esto resuena, en la sacralidad de cada uno. La afectividad es un universo emotivo formado por un sistema complejo de sentimientos, emociones, pasiones, motivaciones, ilusiones y deseos. Cada uno tiene una geografía particular, pero su contenido se entrecruza, se combina, mezclándose, formando uniones lógicas y caprichosas que requieren ser estudiadas con rigor para adentrarnos en la selva espesa de la semántica afectiva” (Dr. Rojas).
Humanizar la sexualidad
En el libro El Principito, del escritor francés Antoine de Saint-Exupéry, en su dialogo con el zorro y las rosas, se expresa lo que realmente son los lazos de unión y la afectividad. El zorro nos hace reflexionar sobre el comportamiento humano ante los iguales. En el diálogo con el zorro quiere crear un vínculo afectivo y que ambos se necesiten. Este vínculo representa la necesidad de tenerse el uno al otro: “Si tú me domesticas, entonces tendremos la necesidad del uno del otro, tú serás único para mí, único en el mundo y yo lo seré para ti”. Esto es lo que forja el amor verdadero, la lealtad hacia la otra persona. Este no se puede comprar, como se compran las cosas en las tiendas, sino que hay que ganárselo, trabajarlo con paciencia poco a poco y con tiempo, cuidándolo. Uno es responsable de esa relación. La felicidad por el amor y la forma en que este cariño se muestra es la necesidad imperiosa de sentirnos amados y necesitados. La importancia de cumplir las expectativas de la persona que quiero y de la responsabilidad que asumo ante ella. Cuando se cultiva una relación amorosa con otra persona nos convierte en corresponsable del progreso de esa relación. Hemos domesticado una relación con otra persona, nos hemos vuelto importantes el uno para el otro y no podemos abandonar, sino conservarla cuidándola y haciéndonos responsable de ella. Tenemos que ser coherentes con lo que hacemos y con las personas. Aprender a acercarse al otro.
En muchas relaciones las personas son utilizadas como “cosas”, que se utilizan y cuando no sirven se las “tiran”. En las relaciones hechas por interés, esos lazos afectivos se deshacen, no perduran en el tiempo. El amor verdadero no conoce distancias, frustraciones, competencias, ni limitaciones. En un mundo donde todo esto está a la orden del día, debemos saber identificar y reconocer los verdaderos valores, ver y ser más sensibles hacia los demás, las emociones, intereses y deseos que nos lleven a tener la capacidad de relacionarnos adecuadamente con los demás y poder fortalecer vínculos o lazos afectivos fuertes, duraderos y verdaderos con los que poder sobrevivir en un mundo cada vez más deshumanizado. Necesitamos tanto esos vínculos o lazos afectivos, como necesitamos el comer o el beber. Necesitamos al otro, dar y recibir.
La rosa representa lo que amamos, por lo que luchamos y nos esforzamos. Lo mismo que también podemos ver en ella a las personas – o actitudes – que perjudican a otras sin darse cuenta, ya que solo piensan en sí mismas. Se puede observar en ella la vanidad y el orgullo de saberse única, de sentirse cuidada, sin darse cuenta que en realidad toda su importancia radica en los cuidados que le da el Principito, que depende de él para poder vivir. Pero la Rosa es única porque es suya, le pertenece y es su responsabilidad, la cuida, la alimenta, como debe ser cuidado el verdadero amor. Es el objeto de amor del Principito, pero su relación con ella es difícil, pese a ese cuidado que la procesa, porque la flor es caprichosa y orgullosa. Pero es su recuerdo, lealtad y amor lo que hace que vuelva a su planeta. Simboliza el amor, que debe ser cultivado y atendido día a día, con paciencia.
El secreto del zorro: sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos… Es el tiempo que has perdido en tu rosa lo que hace a tu rosa tan importante… Los hombres han olvidado esta verdad – dijo el zorro. – Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa…
Inés Llorente
Máster en Matrimonio y Familia
2 de diciembre de 2018
"TU FAMILIA NO SIEMPRE VA A ESTAR AHÍ. ENTONCES, APROVECHADLA"
Aunque sea un vídeo comercial lo añado por el enorme mensaje familiar que contiene.
https://www.youtube.com/results?search_query=ikea+navidad+2018
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1 de septiembre de 2018
CUATRO BUENAS PROPUESTAS SOBRE LA FAMILIA QUE LANZÓ EL PAPA EN IRLANDA
10 de julio de 2018
80 CAMBIOS TRANSFORMADORES EN EXPRESIONES COTIDIANAS HACIA TUS HIJOS
He recopilado 80 ejemplos de frases cotidianas que pueden ser bastante comunes en el día a día con los niños y las he transformado. A veces no es lo que decimos, sino cómo lo decimos. Quiero darte una tormenta de ideas de ejemplos prácticos que te ayudarán a transformar la relación con tus hijos.
He tratado de reflejar con estas frases diferentes situaciones: comparación con otros niños, la generalización de sus comportamientos, amenazas para conseguir determinadas conductas, castigos, premios, interrupción, sobreprotección... Hay una muestra bastante amplia de expresiones cotidianas que podemos transformar para tratar a nuestros hijos con el respeto que merecen, para darles autonomía, y para fomentar su autoestima. En definitiva, para que crezcan sanos a nivel emocional.
Es cierto que hay frases más comunes y otras quizá menos, pero espero que sea una muestra suficientemente amplia como para ejemplificar la forma de transformar nuestra comunicación con los niños. No te sientas aludido si no te resultan familiares. Es tan sólo una tormenta de ideas para mejorar.
Las cosas como mejor se entienden, a veces, es con ejemplos prácticos y he querido reflejar en estos ejemplos la filosofía de respeto, libertad y autonomía del Método Montessori. Antes de empezar con estas frases cotidianas me gustaría dejarte algunos enlaces a artículos que te pueden ayudar a entender por qué es importante transformar estas frases cotidianas:
Cómo controlar tu ira en situaciones complicadas de la crianza
Por qué no debes interrumpir a un niño
Caprichos y mal comportamiento y falta de atención
¿Por qué se producen?
Nuestro ejemplo como forma de aprendizaje
10 Frases que usamos para evitar decir NO a nuestro hijo
Muy bien ¿Por qué evitar abusar de ello?
Cómo evitar castigos, gritos y amenazas en casa
¡Vamos allá con los 80 cambios transformadores en expresiones cotidianas hacia nuestros hijos!
1-Como no te acabes la comida no vas al parque
¿Por qué no comes más?
2-"¿Por qué no me compras eso?" Porque no y punto
Porque ya tienes ese tipo de juguetes en casa y no nos podemos permitir gastar tanto dinero en juguetes
3-Cállate que ya que me tienes harta
Me siento un poco agobiada/o. ¿Te importaría dejarme un minuto a solas?
4-Si te portas bien luego vamos al parque un rato
Recuerda que vamos a un lugar donde se requiere silencio ¿Estás listo?
5-Estoy cansada de ir detrás de ti recogiendo
¿Quieres que recojamos juntos? ¿Qué te parece ordenar esto así?
6-Nunca recoges nada
¿Te ayudo y recogemos juntos?
7-Si pegas nadie te va a querer
No se pega porque le haremos daño a ese niño/a y se sentirá mal ¿De acuerdo?
8-No vayas ahí que está el lobo
¿Puedes venir por favor?
9-Si te acabas las verduras vas a jugar
¿Quieres comer más?
10-Si te pegan, no te quedes parado, pega más fuerte
Si te pegan debes decírselo a un adulto y tratar de arreglar tus problemas hablando
11-Te portas muy mal
Hagamos algo juntos
12-Eres un niño muy desobediente
Sé que eres capaz de concentrarte
13¡Muy bien! Genial
Lo conseguiste
14-No llores anda
¿Qué te pasa? ¿Cómo te sientes? Mamá/Papá está contigo ¿Quieres darme un abrazo?
15-¿A quién quieres más a papá o a mamá?
Todos te queremos mucho
16-No te subas ahí que te doy un azote
Ten cuidado, eso puede ser peligroso si te resbalas
17-No seas pesado que ahora no puedo
Mamá/papá está trabajando. Me quedan x minutos para acabar. Ahora haremos algo juntos. Puedes sentarte a mi lado a pintar mientras tanto. ¿Te apetece?
18-Si os pegáis, se acabó el juguete. ¡Me lo quedo yo y punto!
Vamos a sentarnos juntos y llegaremos a un acuerdo
19-No toques ahí que lo rompes todo
Recuerda que eso debe tratarse con delicadeza. ¿Vale? Es frágil
20-¡Trae! que te lo pongo
Inténtalo, puedes hacerlo solito
21-Verás cuando venga tu padre
.... (silencio)
22-Si haces eso no te vamos a querer más
Si haces esas burlas nos puedes hacer sentir tristes
23-Mira tu hermana/o que bien come, tu te vas a quedar pequeño/a.
¿Qué te apetece comer? ¿Quieres ayudarme a cocinar nuestra comida?
24-Mira tu primo que ya se viste sólo y tu nada de nada.
¡Ánimo! Tu eres capaz, puedes vestirte solito/a.
25-Si no vienes me voy sin ti. ¡Adiós!
No tenemos tiempo de entretenernos. Ven, te voy a contar a dónde vamos a ir.
26-La próxima vez que te escapes te quedas en casa
Me he asustado mucho al no verte. Escaparse es muy peligroso. Algo malo podría sucederte¿Entiendes?
27-En esta casa mando yo
¿Te parece que lleguemos a un acuerdo sobre esto?
28-Si te enfadas ya tienes dos trabajos. Ya te contentarás
¡Vaya! ¿Estás tan enfadado/a que no me hablas? Si me necesitas estoy aquí contigo. Cuando se te pase la rabia podemos hablar sobre lo que ha pasado.
29-Así no se hace. Déjame a mi
.... (El silencio. No interrumpo)
30-Ni se te ocurra llorar
¿Te sientes frustrado/a? ¿Por qué lloras? A veces yo también me siento así ¿Te apetece un abrazo?
31-Me tenéis de esclava. Un día me voy a ir
Hoy me siento muy cansada/o. ¿Me podéis ayudar por favor?
32-Vale ya de decir tonterías
Esas palabras son groseras. No deberías decirlas. Alguien podría sentirse mal ¿Vale?
33-No molestes, que están hablando los mayores
Estamos hablando ¿Puedes esperar un momento? En cuanto acabemos estaremos contigo
34- A la cama ya
Es tarde, ¿Estás cansado? Podemos ir a dormir para despertarnos mañana con energía
35-No toques mis discos que tú los rompes
¿Quieres que veamos juntos mis discos? Son muy delicados
36-Eres un caprichoso
¿Para qué quieres eso? Recuerda que en casa tenemos muchas cosas
37-Eres un niño malo
....(el silencio)
38-Como vayas allí va a salir un señor
No te alejes demasiado por favor, allí mamá no puede verte
39-Llora lo que quieras que no te voy a hacer caso
¿Necesitas mi atención? ¿Estás bien? ¿Cómo puedo ayudarte?
40-Harta me tienes
Estoy un poco cansada/o y agobiada/o hoy. Mañana podremos hacer más cosas juntos
41-Venga date prisa
Como has madrugado has podido hacer todo solito/a ¿Te has dado cuenta?
42-Vete a lavarte las manos lo primero
No es higiénico comer con las manos sucias ¿Ya te las has lavado?
43- ¿Qué tal en el colé?
¿Qué es lo más divertido que has hecho hoy en el cole? ¿Qué es lo que menos te ha gustado? ¿Con quién has pasado más tiempo? ¿Qué has aprendido nuevo?
44-No toques ahí
Recuerda que eso es delicado (o peligroso)
45-Vete a jugar anda
¿Te apetece jugar un ratito?
46-Esos son cosas de mayores
Mira, te lo voy a explicar...
47-Hasta que no te acabes la comida no te vas a mover de la silla
¿Estás seguro/a de que no quieres más?
48-Te visto yo, que tú no sabes
¿Qué quieres ponerte hoy? Puedes vertite solito/a. Eres capaz
49-Venga vete a leer un cuento
¿Te apetece que veamos juntos un cuento?
50-¡Se acabó la tele! Que llevas 1 hora
Hay muchas cosas divertidas que podemos hacer ¿Quieres apagar la tele y que juguemos?
51-Como no recojas tus juguetes los voy a tirar a la basura.
Si no recoges tus juguetes quizá alguien podría pisarlos y romperlos sin querer. Además cuando quieras jugar no los encontrarás ordenados.
52-Sólo sabes protestar
¿Estás cansado/a? ¿Qué te apetece hacer?
53-Deja de hacer ruido que me pones la cabeza loca
Necesito silencio para concentrarme ¿Puedes dejar de golpear por favor?
54-Ahora no que tengo cosas que hacer
¿Quieres ayudarme a hacer esto?
55-Me tienes hasta el moño
Hoy me siento algo estresada/o y cansada/o
56-Vete a pensar lo que has hecho
¿Por qué has hecho eso?
57-No cojas la fregona que vas a mojar todo
Mira, así se escurre la fregona para no empapar el piso ¿Quieres probar tu ahora?
58-Ponte a ver la tele y déjame un rato tranquila/o
¡Mira! ¡Papá/mamá quiere jugar contigo un rato a algo nuevo!
59-Quítate de ahí que voy a hacer la comida
¿Quieres ayudarme a cocinar?
60-No grites que me levantas dolor de cabeza
Si gritas puedes molestar a otras personas. Deberías bajar el tono de voz
61-No toques las pinturas que nos conocemos
Aquí tienes tus pinturas. Recuerda que sólo se pinta dentro del papel ¿Vale?
62-Mira como lo has puesto todo. Hoy no hay parque
Como has pintado fuera ahora todo está sucio y tenemos que limpiarlo. Perderemos tiempo para jugar. ¿Puedes ir a por un trapo para recogerlo?
63-Ni se te ocurra abrir ese cajón porque te doy un azote
En ese cajón hay cosas afiladas que son peligrosas. No debes abrirlo
64-Eres un envidioso
...(El silencio)
65-Dale un beso a tu tío
¿Te apetece darle un beso a tu tío?
66-Comparte que si no los niños no te van a querer
¿Te apetece prestarle un rato tu juguete para que se sienta mejor?
67-No lleves eso al parque que te lo quitan
Si llevas tu bici al parque, probablemente te pedirán que la compartas un ratito¿Estás listo para hacerlo?
68-Bájate de ahí que te vas a caer
Ten cuidado por favor
69-A cenar tú no vienes que das mucha guerra
¿Quieres venir a cenar con nosotros?
70-No corras por casa
Si corres en casa algo podría romperse. Luego saldremos a la calle y podremos correr
71-Lo estás haciendo mal. El cielo hay que pintarlo de azul
...(El silencio)
72-Eres un cochino/a. ¿Por qué te haces pis en la cama?
¿Se te olvidó levantarte? Vaya, no pasa nada. No te preocupes, poco a poco lo irás controlando. Juntos recogeremos todo.
73-¡Date prisa! Que nos vamos al parque
Vaya, qué curioso lo que estás mirando ¿Sabes qué es?
74-¡Mira! Déjame, que te hago yo el puzzle
Tú puedes hacerlo ¿Quieres intentarlo?
75-No me da la gana
No, no quiero, gracias
76-No des golpes
Si das golpes eso podría romperse. Si quieres golpear puedo dejarte un tambor ¿Te apetece?
77-Como te has portado bien aquí tienes una pegatina
Veo que has estado en silencio y relajado/a
78-No vayas con ese niño que te pega
Ese niño es más mayor. Si necesitas su ayuda puedes pedírsela
79-No cojas el agua que mojas todo
Recuerda ser cuidadoso/a con el agua.
80-jajajajaja, qué patoso mi niño
¿Necesitas ayuda para levantarte? ¿Estás bien?
Los niños, por ser niños, no merecen menos respeto que cualquier adulto. Cada palabra es como un brochazo en un lienzo en blanco. Debemos ser especialmente cuidadosos con nuestra forma de tratarlos. Estamos moldeando una personalidad. Los niños merecen nuestra atención, nuestro cariño, nuestra empatía y nuestra comprensión.
19 de mayo de 2018
Carta de María Paramés a los hijos de Tere y Xavi
Queridos Javier, Teresa, Blanca, Miguel, Alfonso y Nico:
Soy María y os escribo esta carta porque me siento muy cerca de vosotros. Acabáis de perder a vuestros padres y a vuestra abuela en un terrible accidente y me imagino que aún no os podéis creer que esto sea real. Hace un año, en un accidente en un ascensor, mi hijo mayor, José de 17 años, se fue al cielo de manera repentina con su novia Belén. No se me puede olvidar en ningún momento cómo se me rompió el corazón cuando me dieron esa noticia. Encontrarte con la muerte de personas tan importantes, de esta manera es algo que te destroza y que te provoca un enorme desconsuelo.
Supongo que estaréis llenos de dolor porque sois unos hermanos entre 18 y 8 años que necesitáis a vuestros padres y que de la noche a la mañana, les habéis dejado de ver y estaréis en vuestra casa echándoles de menos en cada uno de los minutos que tiene el día. Ellos se han ido con vuestra abuela al cielo unos días después de haber vivido la emocionante graduación de Javier y unos días antes de la comunión de Nico. ¿Quién puede comprender esto?, ¿cómo vais a digerir este episodio tan duro y tan inesperado?
Antes de nada, aunque no os conozco y nunca os he visto, quiero deciros que junto a otra mucha gente que de forma absolutamente incondicional os está apoyando, rezo por vosotros y me uno a vuestro dolor. Perder a vuestros padres y a vuestra abuela en un momento de la vida en la que tanto les necesitáis es una enorme faena. Este dolor va a ser muy profundo y nadie os puede ahorrar ninguna de las lágrimas que vais a derramar pensando en su ausencia física.
Pero también me gustaría hablaros desde otro lugar. Vuestros padres y vuestra abuela se han ido al cielo. Tras ese accidente trágico, Dios fue a recogerlos y se los ha llevado a un lugar en el que están viviendo en plenitud. Ellos están bien y de otra manera muy diferente, os van a cuidar y a seguir en cada minuto de vuestra vida.
No os han dejado. Se han ido a otro lugar. Los creyentes vivimos el dolor con la misma intensidad que las personas que no creen pero ese dolor, puesto delante de Dios, tiene un color de esperanza. Vuestros padres ahora, os van a querer como siempre, pero desde un lugar maravilloso en el que solo hay amor y bondad.
Le he pedido a mi hijo José que se vaya a las puertas del cielo a recibir con un abrazo a vuestros padres y a vuestra abuela. Estoy segura que desde allí nos están mirando y enviando todo su amor. Me encanta pensar en el cielo y ahora quiero explicaros cómo imagino que estarán vuestros padres viviendo este momento.
Imagino que estarán felices de haberse encontrado con Dios y sabiendo lo mucho que os quieren estarán planeando cómo, a través de vuestra familia en la tierra, de vuestros amigos, de vuestros profesores y de todas las personas que vais a conocer, van a extender una red de cariño y de protección para seguir cumpliendo su labor como padres. Estoy segura que desde este momento, ya estáis sintiendo sus caricias a través de personas que os están apoyando y consolando, y a través del enorme amor de hermanos que vais a ser capaz de amplificar desde ahora. Pues así va a ser en todo momento. Vuestros padres os van a seguir queriendo a cada uno de vosotros desde allí y van a seguir vuestros pasos cogiéndoos de la mano, aunque no les podáis ver con los ojos.
Vuestros padres son unas personas alegres y divertidas que van a conseguir que vuestra vida, a pesar de esta enorme faena, sea una vida plena. Ellos desde el cielo van a conseguir que os unáis más que nunca, que experimentéis entre vosotros un enorme cariño y una gran fuerza para superar los momentos que la vida os va a deparar.
Yo hablo con mi hijo José cada día y está conmigo en todo momento. Desde que él se fue al cielo, ya no tengo miedo y aunque hay días muy difíciles, siempre encuentro fuerzas para levantarme.
Pues así imagino vuestra vida de ahora en adelante. Ánimo, queridos Javier, Teresa, Blanca, Miguel, Alfonso y Nico. Tened muy alerta el corazón porque es ahí donde vais a recibir ahora el amor y la guía de vuestros padres y de vuestra abuela.
Nuestros familiares en el cielo nos han unido para siempre y algún día, cuando Dios quiera, nos daremos allí todos un fuerte abrazo y entenderemos lo que ahora nos llena de amargura y de desconsuelo.
Por cierto, José me ha pedido que os cuente las últimas novedades. Los tres –vuestro padre, madre y abuela- han llegado al cielo en cohete. Venían con una bondad sin límites y allí arriba, están haciendo una fiesta de bienvenida. Cuando estéis muy tristes, mirad al cielo y siempre, siempre, siempre les vais a encontrar. Nunca dejéis de hablarles, de contarles vuestras preocupaciones, de compartir con ellos vuestras alegrías porque ellos os acompañan ahora desde un lugar maravilloso en el que algún día, gracias a Dios, les volveréis a abrazar.
El dolor solo se cura con amor. Quereos mucho, con todas vuestras fuerzas y apoyad la cabeza en la Virgen.
Un fuerte abrazo, queridos amigos.
María Paramés
___________________________________1 de abril de 2018
6 maneras de conectar a tope con tus hijos
Lo más importante en la crianza es la conexión con los hijos. Si logras una conexión fuerte y sincera, tus hijos te seguirán y querrán hacer lo mejor para ti y para la familia. Interiorizarán tus valores y prioridades y querrán ponerlos en práctica. Además, vuestra relación será fuerte y la educación será mucho más fácil porque estaréis todos conectados y en el mismo barco. 6 ideas para conectar a tope con tus hijos. Para buscar la complicidad con tus hijos, crear un clima de confianza ...
Leer mas: http://www.hacerfamilia.com/familia/maneras-conectar-tope-hijos-20180321123140.html
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27 de enero de 2018
¿Con quién te apetece cenar?
27 de diciembre de 2017
¿Qué pueden aportar las apps a tu hijo?
http://empantallados.com/all-you-need-is-apps/
11 de noviembre de 2017
La adicción a los videojuegos
http://empantallados.com/videos/la-adiccion-los-videojuegos-cuando-suponen-problema/
1 de julio de 2017
Dejo unos vídeos para los padres
1. ¿Qué es el ciberacoso y cómo evitarlo?
2. Youtube desde dentro
3. Youtube kids
20 de mayo de 2017
¿En algún momento has pensado “no puedo más”, “estoy agotada/o”, “me paso el día entero detrás de mis hijos recogiendo y limpiando para conseguir que todo esté ordenado”? Probablemente sí, ¿verdad?
Bien; esto podría cambiar si les diésemos la oportunidad de asumir parte del “trabajo” de los padres. ¡Dales autonomía, pónselo fácil y déjales colaborar!
Tenemos que dejarles crecer. Debemos evitar que sigan anclados en la etapa de bebé y para ello debemos promover su autonomía; que sean capaces de realizar sin ayuda, actividades acordes a su edad.
Por ejemplo, vestirse ellos solos, lavarse las manos, etc. Esta autonomía debemos consolidarla desde que el niño es muy pequeño.
De esta manera serán menos dependientes, no demandarán tanta ayuda y tendrán menos dificultades a la hora de solventar los problemas propios de su edad.
No debemos obligarles, ni forzarles a hacer las cosas. Debemos ser astutos y propiciar esos momentos de recogida, invitarles a ayudarnos y hacer que sean divertidos o atractivos para ellos; podemos cantar, contarles historias mientras realizamos las tareas, etc.
En la siguiente lista de tareas veréis algunas actividades para las que vuestro hijo puede estar preparado. Antes de llevarla a cabo recordad que cada niño madura a un ritmo diferente, así que valorad si éstas se ajustan a su nivel.
2 Y 3 AÑOS
Guardar los juguetes en la caja
Poner la ropa sucia en el lugar adecuado para que después se lave
Tirar las cosas a la basura
Colocar objetos en estanterías
Ir a buscar los pañales y toallitas
Limpiar el polvo por encima
4 Y 5 AÑOS
Alimentar a las mascotas
Recoger los juguetes
Hacer la cama con ayuda de un adulto
Recoger la habitación
Ayudar a preparar aperitivos sencillos
Usar la aspiradora de mano
Poner, recoger y limpiar la mesa
6 Y 7 AÑOS
Recoger la basura
Limpiar el suelo con la mopa
Vaciar el lavavajillas
Recoger hojas secas
Preparar una comida sencilla
Cambiar el rollo de papel del WC
8 Y 9 AÑOS
Cargar el lavavajillas
Hacer la cama
Cuidar de las mascotas
Doblar/Colgar ropa limpia
Guardar la compra
Limpiar espejos, encimeras y cualquier superficie
Barrer y fregar el suelo
10 Y 11 AÑOS
Limpiar los baños
Aspirar alfombras
Limpiar la cocina a fondo
Cortar el césped
Recoger el correo
Hacer costura fácil (dobladillos, botones,…)
Barrer el garaje
12 AÑOS EN ADELANTE
Fregar el suelo
Cambiar bombillas del techo
Aspirar y lavar el coche
Podar los setos
Ir a comprar comida con una lista
Cocinar una comida completa
Hornear un pastel o bizcocho
Planchar la ropa
Vigilar a los hermanos menores
Sacar la basura
Poner la lavadora
¿Cómo lo hacemos?
1. Explicar qué le vais a exigir.
Decidir lo que le vais a pedir.
Evitar terminar por él. Por muy despacio que vaya, rechazad pensamientos del tipo “prefiero hacerlo yo que lo hago antes y mejor”.
Pedirle algo acorde a su edad.
Ser constantes y hacerlo en todos los lugares, no exigir en casa y fuera no.
“Remar en la misma dirección”, no vale que mamá le exija y papá no, o al contario.
Organizar lo necesario. Por ejemplo, si le vamos a pedir que recoja sus juguetes después de usarlos, hay que prepararle un sitio específico para ello.
Explicarle de forma muy clara y en pocas palabras qué tiene que hacer y cómo debe hacerlo, dándole seguridad. Por ejemplo, para decirle que ya puede empezar a lavarse las manos solo se le puede decir: “desde hoy vas a ser un niño súper mayor, te vas a lavar las manos tú solo, que sé que lo vas a hacer fenomenal”. Se puede representar la escena para que le resulte más fácil entenderlo. Así le podemos decir, “primero me mojo las manos, luego me echo un poco de jabón…” Es importante que haya entendido bien las instrucciones, para eso le podéis pedir que os las repita.
2. Practicar
Propiciar muchas ocasiones de práctica.
Al principio deberéis recordarle los pasos a seguir: “primero me mojo las manos, luego me echo jabón…”
Reforzarle positivamente los primeros avances.
A medida que progrese debemos ir disminuyendo la ayuda.
3. Supervisar
Revisad cómo va haciendo lo que le hayáis mandado y su resultado final. Si no está del todo bien decidle en qué puede mejorar.
Elogiad y valorad su realización.
En definitiva, es recomendable no hacer por el niño nada que pueda hacer por sí mismo; veréis cómo empiezan a desenvolverse ellos solos. Ayúdales a que lo hagan sin tu ayuda.
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11 de abril de 2017
En su sección Escuela de Padres del Portal Educativo Infantil y Primaria ESCUELA EN LA NUBE, publica este interesante artículo, que compartimos con fines educativos – pastorales, sobre la importancia de la relación de los padres de familia con los profesores de sus hijos, trabajar como aliados. Del trabajo en conjunto depende mucho el éxito escolar.
¿Esperan a que su hijo tenga dificultades para hablar con el(la) profesor(a)? ¿Conoce a los padres de sus estudiantes? ¿Qué opinión le merece estos cinco consejos?
5 Consejos para mantener una buena relación padre – profesor
1. Conócela(o):
Es bueno conocer a los profesores antes de que surja cualquier problema, intenta planificar, por lo menos, una conversación breve al principio del año escolar.
Durante ese encuentro te puedes presentar y hablarle brevemente sobre tu hijo, pregúntale sobre la inquietud que tengas. Si es posible, deja que tu hijo te vea hablando con su profesor, pues los niños se sienten más seguros cuando se dan cuenta que las personas que son importantes en su vida trabajan en conjunto.
2. Constante comunicación:
Es recomendable que mantengas constante comunicación con el profesor, puede ser por medio de notas en los cuadernos o incluso por e-mail, es importante porque así puedes llevar un avance del pequeño y estar al pendiente de lo que necesite tanto el pequeño como el profesor.
3. Agradece:
Ofrécele cumplidos, sugerencias, o críticas constructivas al profesor. Todo el mundo aprecia unas palabras bondadosas. Si tu hijo regresa a casa hablando de lo divertida que fue la escuela ese día, díselo a su maestra.
4. Ofrece tu ayuda:
Aunque tengas un trabajo de tiempo completo, puedes ayudar un poquito. A través de un gesto pequeño puedes demostrar que estás dispuesta a ayudar.
5. Habla de la escuela en casa:
Pregúntale a tu hijo sobre lo que sucedió en la escuela todos los días, trata de hacer preguntas específicas, como “¿Ya regresó tu amigo Andrés a la escuela?”, es más probable que los niños contesten esas preguntas concretas y así podrás usar esa información cuando converses con el profesor.
Finalmente respeta la cadena de mando, si tienes una inquietud seria acerca de tu hijo o su clase, es recomendable que hables primero con la maestra. Programa una reunión para enmendar el problema o hablar sobre posibles soluciones.
Este contenido ha sido publicado originalmente por Escuela en la nube en la siguiente dirección: escuelaenlanube.com
1 DE ABRIL DE 2017
Fuente: http://webdelmaestrocmf.com/portal/11-diferencias-padres-sabios-comunes-recomendado-al-100/
Ser padre no es una tarea fácil, y ser un padre sabio, lo es mucho menos. Por eso te mostraremos algunos ejemplos ilustrados de 11 cualidades de padres sabios que los hacen mejores en la crianza de los niños.
11 cualidades de padres sabios que los hacen mejores en la crianza de los niños.
5 de noviembre de 2016
Fuente: http://blogfamiliasdehoy.blogspot.com.es/2016/11/whatsapp-facebook-y-nuestras-familias.html
WhatsApp, Facebook y nuestras familias...
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12 de abril de 2016
Uso educativo de las redes sociales
25 de febrero de 2016
Fuente: http://blogfamiliasdehoy.blogspot.com.es/2016/11/whatsapp-facebook-y-nuestras-familias.html
WhatsApp, Facebook y nuestras familias...
El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha hecho público un estudio sobre el impacto de las nuevas herramientas de la comunicación en la familia, y los resultados me han llamado poderosamente la atención.
Y es que basta un somero análisis de los mismos para tomar conciencia de cómo el uso, y en ocasiones abuso, de las nuevas tecnologías (especialmente el teléfono móvil) en el hogar está afectando a nuestras relaciones familiares.
Veamos algunos datos:
Según la encuesta un 68,3% de encuestados considera que el uso de las nuevas tecnologías en el hogar disminuye la comunicación entre padres e hijos. Asimismo, un 52,4% afirma que este uso aumenta el conflicto familiar.
Por otro lado, el 62,1% de los encuestados afirma que la utilización de internet ha disminuido el tiempo que dedica a la lectura; y el 36,4% dice lo mismo con respecto al estudio.
En otro orden de cosas, el 69,4% considera que las nuevas tecnologías de la información tienen más influencia en la educación de los hijos que los padres; y el 86,5% afirma que la dependencia de los jóvenes de estos dispositivos genera un problema de educación.
Por último, más de un 84% de los padres cree que deben ponerse las pilas para ayudar a sus hijos en el uso, en el buen uso de las nuevas tecnologías; demandando así una nueva alfabetización digital, no orientada a aprender técnicamente cómo manejar estas tecnologías, sino más bien a cómo hacer un buen uso de las mismas, sin menoscabo de la vida familiar.
Hay, por supuesto, muchos más datos y todos apuntan a la misma dirección: el aumento del uso de las nuevas tecnologías en los hogares es inversamente proporcional al tiempo que dedicamos a nuestras familias. Y es que sin darnos cuenta el uso que hacemos del WhatsApp o de las redes sociales en nuestras casas es cada vez más intenso y no nos paramos a pensar que ese tiempo se lo estamos restando al que podríamos pasar con nuestro cónyuge o con nuestros hijos.
Cambiamos una conversación de WhatsApp por una agradable tertulia familiar, estamos más preocupados por enterarnos a través de Facebook qué han estado haciendo nuestros amigos que por hablar con nuestros hijos sobre lo que han hecho en el colegio. Y así, nuestra vida familiar va siendo invadida por nuestra vida digital; sin caer en la cuenta del ejemplo que estamos dando a nuestros hijos.
12 de abril de 2016
Uso educativo de las redes sociales
Entrevista a Juan José de Haro, profesor de Matemáticas e Informática
Fuente: http://espacioeniac.com/entrevista-a-juan-jose-de-haro-profesor-de-matematicas-e-informatica/
De Haro asegura que la Educación temprana facilita la adquisición de buenos hábitos de conducta que minimizan los problemas de enfrentarse a las redes sociales.
Es doctor en Biología por la Universidad Autónoma de Barcelona, además de profesor de Matemáticas e Informática en Educación Secundaria. Juan José de Haro ha escrito el libro Redes sociales para la Educación, donde describe el marco teórico para su uso educativo.
¿Cómo cree que ayudan las redes sociales al proceso de enseñanza-aprendizaje?
Hasta hace pocos años la comunicación educativa se desarrollaba casi exclusivamente durante la hora que dura la clase. Ahora, lo más frecuente es que esta comunicación continúe pasada esa hora y las redes sociales se conviertan en la extensión de la clase presencial. También son frecuentes los grupos de alumnos en redes sociales que complementan al tradicional “quedar” para estudiar.
¿A qué edad es adecuado introducir las redes sociales en el aula?
Debemos distinguir las redes sociales de las que hablamos. Hay redes sociales aptas para niños muy pequeños como el Club Penguin (www.clubpenguin.com/es/) que está dirigida a niños entre 5 y 10 años y es de carácter lúdico, no relacionado directamente con la docencia. Si hablamos de redes de carácter docente, encontramos también aquellas que se pueden empezar a utilizar desde muy temprano. Un ejemplo es Edmodo (www.edmodo.com) que está especialmente indicada para los niveles de Primaria y primeros cursos de la ESO. Soy partidario de la Educación temprana en redes sociales a través de las que son de carácter docente y especializadas, no de ignorarlas como si no existiesen, porque entonces tendrán que aprenderlo todo por ensayo y error con poca o ninguna ayuda.
¿Cuáles son los riesgos principales de las redes sociales?
Uno de los problemas más comunes es el acoso a través de las redes sociales, ya sea entre los alumnos o de personas ajenas hacia ellos. La prevención pasa, tal como he dicho antes, por la Educación temprana a través del uso de redes sociales educativas, donde el entorno controlado hace difícil este tipo de actuaciones improcedentes. Cuando el alumno se enfrente él solo a una red social no educativa ya tendrá adquiridos unos valores y hábitos de conducta que minimizarán los posibles problemas.
¿Cuáles son las dificultades a la hora de aplicarlas en el aula?
Hay dos tipos de obstáculos que impiden el uso racional de las TIC. Uno de ellos es la falta de medios para poder desarrollar proyectos que requieren, por ejemplo, el uso continuado de acceso a internet. De todas formas, la tendencia creciente es la presencia de dispositivos móviles en la mayoría de los hogares. No obstante, los centros todavía tendrán que preocuparse de que haya conexiones fiables a internet. El otro obstáculo es de carácter personal y posiblemente lo que mejor lo define es el miedo ante lo nuevo. Ya sea por miedo del profesorado o del equipo directivo, la realidad es que muchos proyectos ni tan siquiera se llevan a cabo porque no hay un compromiso claro con las TIC.
¿Podría ponerme un ejemplo de experiencia de éxito en el aula utilizando las redes sociales?
Puedo hablar en primera persona del uso de NEO (www.neolms.com) que es un entorno de aprendizaje basado en las redes sociales y otros servicios de la web 2.0. Utilizo este sistema a diario y algunas asignaturas como la Biología de 1º y 2º de Bachillerato las tengo totalmente integradas en NEO con todo el material de las clases, así como las pruebas y exámenes. La comunicación fuera de clase se realiza también casi siempre a través de este medio.
¿Qué consejo le daría a los profesores que no se atrevan a introducir las redes sociales en clase?
En primer lugar deben escoger la red social que mejor se adapta a sus necesidades. Para empezar son preferibles las que tienen un enfoque hacia la Educación. En segundo lugar, comenzar a utilizarlo sin miedo al fracaso, empezando con actividades sencillas. Una vez se adquiere más soltura se puede continuar con tareas más complejas. Además, tanto en Twitter como en Facebook hay una gran comunidad educativa que estará dispuesta a ayudarle en todo momento.
Escrita por Adrián Arcos.
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25 de febrero de 2016
La interrelación entre padres e hijos influye en la conducta futura de los niños
Los lazos que se forman entre los padres y el pequeño cuando éste nace son esenciales y forman parte del impulso que tienen los padres para atender todas las necesidades de aquella criaturita indefensa que utiliza el llanto como mecanismo para expresarse. Estudios psicológicos han descubierto que los lazos afectivos que unen al bebé con sus padres fomentan una sensación de seguridad y por ente el autoestima del niño es fortalecida de una manera positiva. El desarrollo del vínculo afectivo entre padres e hijos causa un efecto excelente en el desarrollo social y cognitivo del pequeño. El desarrollo de los lazos afectivos Un estudio practicado con chimpancés a los que en el momento de su nacimiento se les colocó a su lado un mono de trapo mientras se les daba leche, demostró que estos animales sufrían de desesperación e inseguridades y hasta un retraso en su desarrollo. Por el contrario, los chimpancés que al nacer tuvieron a su madre con ellos expresaban una seguridad en ellos y una satisfacción que era reflejada en sus caritas. Las personas que realizaron este estudio sospechan que un efecto similar podría ocurrir en los humanos que experimentaran problemas similares. Los estudios psicológicos revelan que el vínculo que el bebé desarrolle con su madre durante sus primeros meses es primordial para que este pequeño desarrolle relaciones sanas a lo largo de su vida.
Cuando este vínculo es fuerte la persona en su edad adulta tiene un buen ajuste social y una alta seguridad en si mismo.
Estos mismos estudios demuestran que la baja autoestima, la poca tolerancia al estrés y los problemas en las relaciones sociales de los adultos están altamente asociados con vínculos pocos sólidos entre madre e hijo.
Aún mas grave si las experiencias con la madre en los primeros meses han sido negativas y muy graves, la persona puede desarrollar trastornos psicopatológicos mayores. La interrelación entre padres e hijos influye en el desarrollo socio emocional y en la conducta futura del niño.
Estos mismos estudios demuestran que la baja autoestima, la poca tolerancia al estrés y los problemas en las relaciones sociales de los adultos están altamente asociados con vínculos pocos sólidos entre madre e hijo.
Aún mas grave si las experiencias con la madre en los primeros meses han sido negativas y muy graves, la persona puede desarrollar trastornos psicopatológicos mayores. La interrelación entre padres e hijos influye en el desarrollo socio emocional y en la conducta futura del niño.
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23 de septiembre de 2015.
Agentes del Grupo de Redes Sociales de la Policía Nacional proponen una sencilla check list para una vuelta segura de vacaciones de nuestros hijos. Para ello se ha elaborado una breve selección de comprobaciones a realizar por los padres para asegurarse de que los hijos menores de 14 años comienzan el nuevo curso en las mejores condiciones de seguridad y privacidad en el uso de Internet, redes sociales, el móvil y otros aparatos electrónicos. Comprobar las fotos y/o vídeos colgados en redes sociales; explicarles la importancia de proteger su imagen y respetar a los demás también en la Red; prevenir adicciones digitales; la correcta configuración de aplicaciones y dispositivos o acompañarles en el aprendizaje y buen uso de la tecnología, son algunas de las recomendaciones. Además, desde el Grupo de Redes Sociales se recuerda la posibilidad de establecer un “contrato” de uso de tecnología con los más pequeños, para su uso responsable y seguro que puede ser descargado en el siguiente enlace ow.ly/d/3jsb
Comprobaciones de seguridad para los menores
1. Comprobar qué fotos se han subido a las redes sociales y si podrían ser perjudiciales para su imagen, ahora o en un futuro, o incomodar a alguno de los protagonistas. En caso de duda, lo mejor es evitar problemas y borrar esa foto.
2. Pedirles que comprueben qué fotos o comentarios referidos a otras personas han subido a sus perfiles o a los de sus contactos, y pedirles que cuenten con su autorización para compartirlos. Velar por la intimidad y buena imagen de los demás, SIEMPRE. Explica a tus hijos lo grave que es el ciberacoso, que no lo haga ni lo consienta a otros.
3. Comprobar qué fotos o vídeos se han hecho con el móvil y guardado en ese dispositivo, u otros, y/o compartido a través del Whatsapp. Explicarles la importancia de proteger su imagen y privacidad y respetar SIEMPRE la del resto para evitar problemas a todos.
4. Explicar y racionalizar con ellos el adecuado uso de los aparatos electrónicos, evitar la hiperconexión al móvil e Internet y marcar unas pautas en cuanto al tiempo, la ocasión y el coste. Ayuda a tus hijos a evitar las adicciones digitales.
5. Explica a tu hijo que tanto en redes sociales como en Whatsapp o juegos en red se debe hacer un uso racional de los mismos. Que sepan decir NO a agregar a desconocidos en sus espacios personales así como a acabar con una ciberrelación molesta o a salir de un grupo ocasional de verano creado en Whatsapp.
6. Comprueba con tus hijos que tienen bien configurados sus perfiles, cerrados a su círculo personal, y que han salido de la sesión en correo y redes sociales si han compartido el dispositivo. También recordar cuestiones básicas de seguridad como instalar un código de acceso al móvil, cambiar las contraseñas con relativa frecuencia e instalar un antivirus.
7. Si tus hijos son aún pequeños, debes acompañarles desde el principio en el buen uso de la tecnología y deben entender que tú tengas acceso a sus dispositivos, hasta darles más autonomía según vayan creciendo. Instala los programas, filtros o apps de gestión parental y seguridad oportunos. Que entiendan que en caso de necesidad pueden recurrir a ti, a los profesores y, si es grave, a nosotros
8. Explica a tus hijos la importancia de proteger su intimidad e imagen, además de evitar contar detalles que pongan en riesgo su seguridad o la de sus pertenencias (presumir de determinados bienes puede ser una tentación o dar malas ideas para los amigos de lo ajeno). Recuerda también las edades mínimas de acceso a plataformas online
9. Explica a tus hijos la importancia de saber comprar o consumir bien la tecnología, tanto los aparatos y terminales como los juegos, archivos o programas. Que distingan su fiabilidad y legalidad, sean conscientes de los posibles costes, etc
10. En la vuelta a la normalidad, es importante fijar con ellos por escrito unas normas de buen (seguro, privado, respetuoso) uso de su móvil, tablet, ordenador o dispositivo conectado a Internet, a pactar entre todos cuando se vaya a comprar o estrenar un nuevo gadget para el chico/a. Estas normas, pactadas de común acuerdo, se relajarán o cancelarán con mayor edad. Os dejamos esta propuesta de “Contrato” de uso de tecnología con los más pequeños, para su uso responsable y seguro.
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Y tú, ¿prohíbes el acceso a las redes o educas en el buen uso de las mismas?
A continuación os dejo una serie de lecturas complementarias para aquéllos y aquéllas que queráis reflexionar, un poco más, sobre el tema del papel que los padres, educadores, etc. pueden o deben jugar en la educación de los chicos y chicas en el uso de los medios sociales.
El tema de controlar o educar en el buen uso de las TICs no es nada nuevo, ya en un reportaje de “El País” en 2009 titulado “Padres: mejor educar que espiar en Internet” se recogen multitud de opiniones de expertos que defienden alguna de estas dos posturas. A día de hoy aún seguimos en este mismo punto, no hay un consenso claro en este sentido; pero sobre todo se sigue constatando que, en una inmensa mayoría, los padres andan muy perdidos en el mundo de la tecnología y ante el temor de que pueda ocurrirle algo a su hijo o hija, optan por la prohibición o el control parental (aún a sabiendas que la conexión de sus hijos e hijas a la red es inevitable, si no lo hacen dentro de casa o lo harán fuera).
En “Retrasar lo inevitable o llegar tarde a las redes“, David Álvarez reflexiona brevemente sobre cuándo es el momento más oportuno de formar parte de la red de tu hijo o hija y acompañarlo o acompañarla en el proceso de creación de su identidad digital. Finaliza su reflexión con una pregunta, que yo también os lanzo a ustedes para que la contestéis una vez leída esta reflexión: “¿Y tú,? ¿estás retrasando lo inevitable o ya has llegado tarde para acompañar a tus hijos, hijas o alumnado en la red?”
En el post “7 apps para estudiar mejor” del blog de Educo “Cuaderno de Valores” se nos presenta a la tecnología como un gran aliado presentándonos una selección de algunas de las mejores aplicaciones para ayudar a niños y niñas a estudiar mejor. Un ejemplo de buen uso de la tecnología, en este caso, móvil.
Enrique Dans, como viene siendo habitual, opina de manera contundente, con sus propias argumentaciones, sobre diferentes temas relacionados con el mundo de la tecnología y la educación. En “Cuestión de educación” el protagonismo se lo lleva la tecnología móvil y el uso que hacen de ella los y las adolescentes. Los móviles, ¿producen adicción? Enrique parece tenerlo bastante claro, ¿y tú?
No, no existen adictos a la tecnología, ni adictos a los móviles, como no había adictos a jugar ni adictos a hablar por el teléfono fijo. Los móviles no son una droga, como no es una droga un ordenador y como no es una droga internet. Hay, simplemente, niños maleducados, o dejación de responsabilidad de sus padres a la hora de educarlos. Hay, y ahí sí coincido con el juez anteriormente citado, padres que no saben educar, o que están absurdamente convencidos de que, como sus hijos son eso que algunos llaman “nativos digitales”, no les pueden decir nada sobre cómo utilizan la tecnología. (Enrique Dans).
Para finalizar esta post, quería dejaros dos entradas contrapuestas del blog de “El Huffingtonpost” (un blog donde profesionales de diversa índole analizan temas de actualidad). En este caso, me ha parecido curioso como la entrada 10 razones por las que se debería prohibir a los menores de 12 años usar dispositivos electrónicos de Cris Rowan (Especialista en terapia ocupacional pediátrica) ha dado pie a otra titulada 10 razones por las que seguiré dando a mis hijas dispositivos electrónicos de Megan Egbert (Bibliotecaria, bloguera y madre). Con estos dos “decálogos” la polémica está servida. Ahora os toca a vosotros y vosotras posicionaros a un lado o al otro.
Fuente:
http://www.easp.es/educartic/y-tu-prohibes-el-acceso-a-las-redes-o-educas-en-el-buen-uso-de-las-mismas/
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¿CÓMO AHORRAR MÁS DE 700 € DURANTE LAS COMPRAS DE LA VUELTA AL COLE?
Septiembre está ya a la vuelta de la esquina, y por tanto hay que empezar a pensar en volver a la rutina. La «vuelta al cole» es una de las principales preocupaciones de los españoles en estos momentos, ya que hasta el mínimo detalle debe estar preparado para que los más pequeños de la casa empiecen el curso escolar.
Este retorno a la normalidad conlleva gastos, ya que los niños necesitan material escolar, al mismo tiempo que ropa adecuada para asistir a las clases. Así, el portal de catálogos y ofertas «online» Tiendeo, ha elaborado un estudio en el que se concluye que el 47% de los encuestados invertirá más dinero que el año pasado en estas compras, a pesar de que solo el 16% se muestra satisfecho con los precios ofertados.
El informe muestra que más de la mitad de los usuarios gastará entre 200 y 500 euros en las compras de la «vuelta al cole», mientras que el 13% gastará entre 500 y 1.000 euros, y solo el 6% invertirá más de 1.000 euros. Del mismo modo, más de la mitad priorizará su gasto en mochilas o estuches, frente al 26% que lo hará en ropa y el 5% que prefiere invertir en informática.
En cuanto a los negocios más consultados, los catálogos de los hiper-supermercados continúan siendo los que más observan los consumidores. Aun así, Tiendeo ha comparado los precios de los productos en varios catálogos, y ha concluido que si se planifican las compras y se elige bien dónde realizarlas se pueden llegar a ahorrar más de 730 euros en esta campaña.
Esta diferencia de precios es el principal motivo por el que 85% de los consumidores planifica sus compras del regreso a las clases con antelación, sobre todo a través de portales de catálogos «online». El 54% de los encuestados asegura que lo hace para ahorrar.
Por último, hay que destacar que los productos más ofertados son las mochilas, las calculadoras, los portameriendas y las agendas escolares, mientras que la lista de los productos más buscados también la encabezan las mochilas, seguidas por las libretas, las calculadoras y los bolígrafos.
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